
Omara Ruiz Urquiola denuncia el robo de sus animales en Viñales: “No pueden crear, sólo potencian las miserias humanas”
La intelectual y activista cubana Omara Ruiz Urquiola denunció públicamente a través de Facebook un nuevo acto de represión y abuso por parte de las autoridades cubanas. Esta vez, el blanco fue su madre, Isabel Urquiola, quien intentó sin éxito recuperar a dos animales de la familia —una madre y su cría, Natividad y Nacho— arrebatados por un campesino bajo presiones de la Seguridad del Estado.
“Esta es Isabel Urquiola”, escribió Omara junto a una fotografía de su madre. “Acaba de intentar ingenuamente que un campesino doblegado por la Seguridad del Estado le devuelva a Natividad y Nacho, dos de nuestros animales, madre e hijo”.
Según relata, el campesino conocido como “el niño Dopico” finalmente admitió que había llamado a Carlos Fleitas, jefe de Pecuaria en la Delegación del Ministerio de la Agricultura en Viñales, para coordinar junto a otros dos individuos el robo de los animales. Alegaron un supuesto daño en tierras secas, donde, según Omara, “no hay nada que dañar”. También rechazaron cualquier intento de reparación.
“La inmoralidad no les da suficiente fuerza como para subir a robarnos de frente, ahora necesitan a los rastrojos humanos disponibles para lo que sea”, denunció Ruiz Urquiola, en una publicación cargada de indignación.
La activista trazó un paralelo histórico con los orígenes del castrismo: “Esto es todo lo que ha logrado la familia Castro en más de seis décadas, lo mismo que hacía el ladrón de Ángel Castro en Birán: ROBAR. Tanto dar vueltas para llegar al inicio”.
Isabel Urquiola, madre de Omara, es una figura de respeto en su comunidad por su entrega a la educación. “Van contra esta mujer que educó a cientos y sigue dando vida. Envidiosos de la inteligencia, de la honestidad y del amor”, afirmó Omara.
El testimonio se suma a una larga serie de denuncias de acoso, vigilancia y violencia institucional sufrida por la familia Ruiz Urquiola. En un país donde la disidencia se paga con represión, Omara continúa alzando la voz, esta vez en defensa de su madre y de los seres vivos que forman parte de su hogar.







Replica a Alexis Cancelar la respuesta