Raúl Castro impulsa a su sobrino-nieto al poder: Óscar Pérez-Oliva Fraga, nuevo Viceprimer Ministro de Cuba

El régimen cubano dio un nuevo paso en la consolidación del poder familiar con la promoción de Óscar Pérez-Oliva Fraga, sobrino-nieto de Fidel y Raúl Castro, al cargo de Viceprimer Ministro del Gobierno de la República de Cuba. El nombramiento fue aprobado por el Consejo de Estado, a propuesta del presidente designado Miguel Díaz-Canel y con el visto bueno del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC).

Según reportó el Noticiero Nacional de Televisión y el portal oficial Canal Caribe, Pérez-Oliva Fraga mantendrá también su responsabilidad como Ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (MINCEX), puesto que asumió en mayo de 2024.

El linaje Castro vuelve a la cúpula

Óscar Pérez-Oliva Fraga, ingeniero electrónico de 53 años, es hijo de Mirsa Fraga Castro, sobrina de Fidel y Raúl Castro, lo que lo convierte en sobrino-nieto directo del dictador Raúl Castro. Su ascenso refuerza la idea de que el poder en Cuba sigue dentro del clan familiar que ha gobernado el país desde 1959, pese al discurso oficial de “renovación generacional”.

Durante su trayectoria, Pérez-Oliva ha trabajado en la Zona Especial de Desarrollo Mariel y como viceministro primero del MINCEX, antes de ser nombrado ministro. Su carrera ha estado marcada por un perfil técnico, pero su parentesco con la familia Castro le otorga una posición política privilegiada dentro de la estructura del régimen.

Continuidad disfrazada de “renovación”

Con este movimiento, el Consejo de Estado refuerza la narrativa de continuidad del castrismo. Mientras el régimen enfrenta una de las crisis económicas más severas de las últimas décadas —con apagones prolongados, escasez de alimentos y una inflación que supera el 500 %—, la respuesta del poder ha sido promover a familiares y leales del núcleo histórico.

El nuevo Viceprimer Ministro sustituye parcialmente funciones que antes recaían sobre Ricardo Cabrisas Ruiz, de 87 años, quien durante años controló el comercio exterior y la gestión de la deuda externa. La decisión sugiere una transición interna planificada, donde las figuras históricas ceden sus cargos a parientes o cuadros estrechamente vinculados al legado de los Castro.

Un paso más hacia el nepotismo institucionalizado

El nombramiento de Pérez-Oliva Fraga reafirma el carácter dinástico del sistema cubano. Tras décadas de control político y económico por parte de la familia Castro, el nuevo Viceprimer Ministro simboliza la continuidad de una oligarquía familiar que domina los principales resortes del poder.

Mientras el régimen intenta proyectar una imagen de estabilidad, este ascenso demuestra que el relevo político en Cuba no es producto del mérito ni de la transparencia institucional, sino del parentesco y la lealtad incondicional al Partido y a la familia que lo fundó.