Samuel Pupo denuncia presiones y amenazas de la Seguridad del Estado tras nueva citación en Cuba

El ex preso político cubano Samuel Pupo Martínez denunció este sábado en su perfil de Facebook que fue citado por la Seguridad del Estado para una entrevista en la que recibió amenazas de ser procesado nuevamente por delitos políticos, entre ellos propaganda contra el orden constitucional, incitación a delinquir y mercenarismo. Los oficiales le advirtieron que, de continuar con sus publicaciones y actividades críticas al régimen, podría enfrentar entre 10 y 30 años de prisión.

“Esta vez no hubo agresiones físicas ni verbales, lo cual me dejó con una sensación difícil de describir”, escribió Pupo. La advertencia fue clara: si continúa haciendo lo que hace —según los agentes— será tratado como reincidente. Durante el encuentro, los represores hicieron alusión a detalles íntimos de su vida, incluyendo enfermedades, la situación de su familia durante su tiempo en prisión y relaciones personales, con el objetivo evidente de presionarlo emocionalmente.

A pesar del clima de amenaza, el activista relató que se mantuvo firme en sus convicciones: “Les dije que no estoy de acuerdo con Díaz-Canel ni con lo que está ocurriendo en el país. Que pienso diferente, que tengo mis propias ideas”.

Los agentes, según relata Pupo, admitieron que los problemas del país tienen raíces internas y no solo pueden atribuirse al embargo, aunque igualmente lo mencionaron. En un tono inusual, asegura que la conversación fue más respetuosa que en otras ocasiones, y que incluso escucharon sus argumentos. Sin embargo, dejaron claro que la vigilancia sobre su vida es absoluta, incluyendo información que, según el propio Pupo, solo muy pocas personas conocían.

En su publicación, el ex preso político reafirmó que nunca ha actuado en contra de Cuba, sino precisamente por su bienestar: “Mi dignidad vale más que mi vida, y yo sé bien quién soy. Allá quien no lo sepa”. Aclaró además que durante la conversación se comprometió a no hacer nada “en contra de su patria”, aunque subrayó que no tiene nada que ocultar y que hablará con honestidad siempre.

El testimonio de Samuel Pupo pone en evidencia una vez más los métodos de intimidación psicológica que utiliza la Seguridad del Estado contra quienes se atreven a pensar diferente en Cuba. Aunque esta vez no hubo arresto, el mensaje fue contundente: el aparato represivo continúa activo y dispuesto a castigar la disidencia, incluso si esta se expresa desde el respeto, el pensamiento crítico y el amor por el país.