Padre Alberto Reyes responde al régimen: “Sí, somos antisociales… y con orgullo”

En un contundente y reflexivo texto publicado este jueves en su perfil de Facebook, el sacerdote cubano Alberto Reyes Pías desmontó el discurso oficial del régimen cubano, que ha calificado de “antisociales” a los ciudadanos que, en las últimas semanas, han salido a las calles a protestar por la creciente miseria que azota al país.

Titulado “He estado pensando… (114)”, el mensaje del padre Reyes no esquiva el término, sino que lo asume con valentía: “Pienso que, si no todos, al menos la gran mayoría de las personas que han salido a las calles a manifestarse son, realmente, antisociales”, escribió. Pero lejos de usarlo con la connotación peyorativa impuesta por el poder, el sacerdote resignifica el concepto como una postura de dignidad frente a la injusticia.

“¿Cómo es posible adaptarse y ser parte de una sociedad secuestrada, donde faltan tanto el pan como la justicia, la salud como la libertad?”, se pregunta Reyes. Y, en una suerte de manifiesto, enumera las condiciones inaceptables que enfrentan los cubanos: la falta de educación real, los cortes interminables de electricidad, el colapso de los servicios básicos, el adoctrinamiento, la represión y el desprecio del Estado por la dignidad humana.

El sacerdote, una de las voces más firmes dentro de la Iglesia católica cubana, remonta además la historia para señalar una paradoja: recuerda que los mismos que hoy acusan de antisociales a los que protestan, fueron en su juventud los revolucionarios que se alzaron contra otra dictadura. “O sus discursos eran falsos, o en su andadura prostituyeron sus ideales”, denuncia, añadiendo que nunca antes Cuba vivió tanta represión, tantos presos políticos y tanta desesperanza.

Frente a este panorama, Alberto Reyes proclama: “No veo otra salida que ser ‘antisocial’”, porque la verdadera anormalidad es aceptar con silencio el colapso de la nación. Y concluye su escrito con una frase que ya resuena en redes como grito de resistencia espiritual:

“No nos callaremos, no nos detendremos, hasta que rompa sobre este pueblo la aurora de la libertad y la justicia”.

Una vez más, la voz del padre Alberto Reyes se eleva como conciencia moral de un país atrapado por la represión y la mentira, recordando que, incluso desde la fe, rebelarse ante el mal no solo es legítimo, sino necesario.

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