Mike Hammer fortalece su vínculo con los cubanos de a pie en Santiago de Cuba y Guantánamo

El Encargado de Negocios de Estados Unidos en Cuba, Mike Hammer, continúa recorriendo el país al margen del poder y junto al pueblo, profundizando su compromiso #ConCubanosDeAPie. Este fin de semana, visitó las provincias de Santiago de Cuba y Guantánamo, donde sostuvo encuentros con ciudadanos comunes, líderes comunitarios y representantes de la Iglesia católica, interesados en transmitir la cruda realidad que se vive en el oriente del país.

En Guantánamo, Hammer sostuvo una conversación franca con Monseñor Silvano Pedroso, Obispo de la diócesis, quien le habló sobre las condiciones desafiantes en la región, golpeada por una pobreza extrema, escasez generalizada y un clima de creciente desesperanza. Hammer agradeció la disposición del prelado para compartir la situación que enfrenta la comunidad.

Posteriormente, en Santiago de Cuba, fue recibido en la parroquia del Padre Camilo de la Paz Salmón, quien expuso la difícil situación que padecen los santiagueros: apagones de hasta 21 horas, falta de alimentos, abandono institucional y un pueblo agotado física y emocionalmente.

Más allá de los templos, el diplomático caminó las calles, escuchó testimonios de emprendedores, campesinos, jóvenes, madres y ancianos. Su visita fue percibida como un acto de respeto y empatía hacia quienes el régimen ha condenado al silencio. En lugar de fotografías con funcionarios, optó por tomarse fotos con ciudadanos anónimos que enfrentan cada día una lucha por sobrevivir.

Mientras diplomáticos europeos se acomodan en recepciones oficiales y repiten discursos vacíos, Mike Hammer está construyendo otro tipo de relación: una basada en la cercanía, la dignidad y el reconocimiento de la verdad cubana.

Su gira por el oriente del país reafirma una posición clara: el compromiso de Estados Unidos no es con la cúpula gobernante, sino con el pueblo cubano. Y en momentos en que la población clama por justicia, libertad y condiciones de vida dignas, ese gesto vale más que mil comunicados diplomáticos.

Hammer ha dejado claro que los cubanos no están solos. Y que, al menos desde su rol, hay oídos que escuchan y ojos que miran donde el poder no quiere mirar.