
Diplomáticos europeos se pasean con la élite del régimen mientras EE.UU. escucha al pueblo cubano
Mientras los embajadores de la Unión Europea en Cuba disfrutan de paseos organizados en Granma, posan para fotos turísticas y se sientan en mesas institucionales adornadas con la bandera del régimen, el Encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos, Mike Hammer, está haciendo algo muy distinto: escuchando directamente al cubano de a pie.
La publicación de la Unión Europea, que muestra a sus representantes visitando sitios históricos, reuniéndose con autoridades locales y participando en actos protocolarios, evidencia una actitud diplomática complaciente que ignora la realidad que vive la mayoría del pueblo cubano. Esta “intensa agenda de contactos”, como ellos mismos la llaman, parece enfocarse en estrechar lazos con quienes sostienen el poder, en lugar de buscar la verdad detrás del telón de propaganda que la dictadura ha perfeccionado por décadas.
En contraste, Mike Hammer ha iniciado una gira que rompe el molde. Ha respondido personalmente a centenares de cubanos que le escribieron por correo, interesándose por sus preocupaciones, sueños y dificultades. En lugar de acudir a oficinas llenas de retratos de Fidel Castro o discursos vacíos sobre “resistencia”, ha preferido sentarse con familias, campesinos, jóvenes desempleados, médicos frustrados y madres desesperadas por la escasez.
La diferencia es abismal. Mientras Europa juega al protocolo diplomático, Estados Unidos opta por la empatía directa. La actitud de la Unión Europea transmite una peligrosa normalización del régimen, como si en Cuba existiera una institucionalidad democrática con la que se puede “dialogar”. Pero lo que hay es una dictadura, y con las dictaduras no se dialoga como si fueran gobiernos legítimos. Se les enfrenta, se les denuncia y se apoya a su pueblo oprimido.
El pueblo cubano no necesita más visitas diplomáticas vacías. Necesita voces que hablen por los que no pueden, oídos que escuchen a los que no son invitados a esas mesas largas con cortinas rojas y pancartas de la UDG. La diplomacia europea sigue de espaldas a la realidad, abrazando a quienes encarcelan, reprimen y empobrecen a millones de cubanos. En cambio, la Embajada de Estados Unidos está enviando un mensaje claro: están del lado del pueblo.
#UEenCuba o #ComplicidadEnCuba? La historia lo juzgará.







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