Mike Hammer visita a cubanos de a pie en Mayabeque: “Escuchar sus historias, preocupaciones y sueños”

El Encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en La Habana, Mike Hammer, ha iniciado una serie de visitas a ciudadanos cubanos comunes que, a través del correo electrónico institucional, solicitaron un encuentro directo con el diplomático para expresar sus inquietudes. La primera parada de esta iniciativa fue en la provincia de Mayabeque, donde Hammer compartió con varios residentes.

“¡Lo prometido es deuda!”, publicó la misión diplomática estadounidense en sus redes sociales, acompañando el mensaje con imágenes del encuentro. “Nos gustó compartir con ellos y escuchar sus historias, sus preocupaciones, sus sueños. ¡Gracias por recibirnos y por el gran interés!”.

La acción, cargada de simbolismo, rompe con la narrativa del régimen cubano que suele reducir las relaciones con la Embajada de Estados Unidos a círculos de élite, opositores notorios o eventos cerrados. En esta ocasión, el diplomático dio un paso hacia la ciudadanía común, validando el sentir de una población que enfrenta diariamente una grave crisis económica, social y política.

Esta iniciativa responde a las múltiples cartas recibidas por la sede diplomática, enviadas por cubanos que desean contar su realidad más allá de los canales oficiales. La Embajada ha reiterado su disposición a seguir realizando estos encuentros: “Si quieres que vengamos a verte, ya sabes qué hacer: escríbenos a havanapublicaffairs@state.gov”, concluyó el mensaje.

La visita no solo representa un gesto de cercanía, sino también una declaración implícita: Estados Unidos quiere escuchar directamente a los cubanos, sin filtros, sin intermediarios, y con el respeto que merecen como ciudadanos con voz propia.

Este acercamiento ocurre en un contexto donde el régimen cubano endurece el control sobre la información, limita la libre expresión y persigue a quienes se atreven a denunciar. La presencia de Hammer en barrios humildes, escuchando directamente a quienes no suelen tener acceso al poder, lanza un mensaje claro: hay oídos dispuestos a escuchar más allá de los muros oficiales.