
La masonería cubana bajo ataque: denuncia de persecución política tras la expulsión de Ángel Santiesteban
La masonería cubana vuelve a verse sacudida por una controversia que expone tensiones internas, denuncias de corrupción y señalamientos de injerencia política. En una declaración firmada por el Venerable Hermano Sergio Rafael Vidal Aguila, miembro activo en logias tanto en Cuba como en Estados Unidos, se denuncia la expulsión del escritor y activista Ángel Santiesteban Prats como un acto de represalia política disfrazado de sanción disciplinaria.
Santiesteban, conocido por su firme postura crítica frente al régimen cubano y por su compromiso ético dentro de la masonería, fue separado de la orden mediante un proceso calificado por Vidal Aguila como una “farsa judicial” y un “circo montado” para silenciar voces disidentes dentro de la institución.
La declaración asegura que la persecución contra Santiesteban no responde a faltas reales dentro del marco masónico, sino al temor que despierta su pensamiento libre, su trayectoria de más de 35 años como masón y su capacidad para denunciar la corrupción y la manipulación que, según se afirma, penetran incluso en los templos masónicos.
Vidal denuncia a figuras como Mayker Filema Duarte y Mario Urquía Carreño, a quienes acusa de traicionar los principios masónicos al actuar en complicidad con estructuras gubernamentales que buscan controlar la masonería desde dentro. La expulsión de Santiesteban, sostiene, se basa en acusaciones infundadas sobre declaraciones públicas que, lejos de violar secretos masónicos, ejercen legítimamente su derecho a la libre expresión.
“Se le castiga no por lo que ha hecho, sino por lo que representa”, señala el autor del escrito, quien califica de “antimasónica” la actuación del actual liderazgo, al considerar que prioriza el silenciamiento sobre la fraternidad.
El texto también critica el uso de pruebas manipuladas y la omisión de garantías básicas como el derecho a la defensa. En particular, se denuncia que la segunda audiencia se realizó in absentia, mientras Santiesteban recibía tratamiento médico de urgencia, hecho documentado y desestimado por los jueces masónicos.
La declaración recuerda que la masonería tiene como pilares la moralidad, la libertad y la verdad, y advierte que al expulsar a un hermano por ejercer su pensamiento crítico, se traiciona el legado histórico de la institución. “Angel Santiesteban ha sido falsamente expulsado no por lo que hizo sino por quien es”, concluye Vidal, quien convoca a los masones cubanos a no guardar silencio ante la injusticia.
Este episodio, más allá de lo simbólico, refleja el conflicto creciente entre los sectores libres y los sometidos al control político dentro de la masonería cubana, y se convierte en una nueva alerta sobre la penetración ideológica del régimen incluso en espacios tradicionalmente autónomos.







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