
Desgarrador caso en Guantánamo: niña con parálisis cerebral vive en condiciones infrahumanas sin ayuda del Estado
La historia de Adriana, una niña cubana de 10 años que padece parálisis cerebral infantil severa, ha conmocionado las redes sociales tras una publicación realizada por Osniel, activista y defensor de los derechos humanos en la isla. Adriana se encuentra en una situación crítica de salud y abandono estatal, viviendo en condiciones deplorables y sin acceso a una dieta básica ni a asistencia médica adecuada.
La menor, que reside en la comunidad acueducto de San Antonio del Sur, permanece inmóvil y con signos visibles de desnutrición crónica. Según denunció Osniel, su madre no recibe ninguna forma de asistencia social, no tiene chequera, y carecen de los recursos necesarios para asegurar los cuidados que su hija requiere con urgencia.
“Adriana está prácticamente como un vegetal”, se lee en la publicación. Su estado es tan grave que cualquier crisis o complicación representa un riesgo mortal, especialmente considerando que viven a varios kilómetros del hospital más cercano y no tienen teléfono ni cobertura móvil para pedir ayuda en caso de emergencia.
Además de la ausencia total del apoyo institucional, la niña carece de medicamentos y suplementos nutricionales básicos. La comunidad que ha conocido el caso a través de redes sociales ha comenzado a organizar esfuerzos solidarios para recolectar alimentos y medicinas. Quienes deseen colaborar pueden contactar directamente con Ernesto Pérez Rodríguez al número +53 5 6107779 vía WhatsApp.
Este caso no solo pone en evidencia la situación de abandono en que viven muchas personas con discapacidad en Cuba, sino también el fracaso de un sistema que se jacta de su “potente sistema de salud” mientras miles de familias luchan solas por la vida de sus hijos.
“Si no puedes donar, al menos comparte”, pidió Osniel en su publicación. La difusión de este tipo de historias es hoy uno de los pocos recursos que les queda a los cubanos para visibilizar lo que ocurre en las zonas más olvidadas del país.
Adriana no solo necesita ayuda urgente, también representa un grito de auxilio por todos los niños cubanos que sufren en silencio, olvidados por un Estado que no garantiza ni lo más elemental: el derecho a la vida.







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