
Gabriela Fernández, la vocera itinerante del castrismo: una gira por España para blanquear la represión en Cuba
Gabriela Fernández, licenciada en Historia y rostro habitual del programa oficialista cubano Con Filo, se encuentra de gira por España esparciendo el discurso propagandístico del régimen cubano. Invitada por sectores de la izquierda radical española, Fernández se presenta como defensora de la “verdad” sobre Cuba, mientras reproduce una narrativa cuidadosamente diseñada para justificar la represión, minimizar el descontento popular y culpar al “bloqueo” de todos los males que aquejan a la isla.
Sin embargo, las afirmaciones de Fernández, lejos de reflejar la realidad de millones de cubanos, son una distorsión que merece ser contrastada con los hechos.
Mentira #1: “Cuba es un referente en derechos humanos y solidaridad médica.”
La realidad: Cuba está sumida en una profunda crisis sanitaria. Faltan medicamentos esenciales, los hospitales se caen a pedazos y muchos cubanos deben recurrir a la automedicación o a la caridad de familiares en el exterior. Las brigadas médicas que el régimen vende como “solidaridad” son en realidad un lucrativo negocio de exportación de servicios, donde los médicos reciben apenas una fracción del salario que paga el país receptor, bajo condiciones laborales denunciadas como explotación por organismos internacionales.
Mentira #2: “El 11 de julio fue manipulado por la contrarrevolución y tuvo una respuesta popular legítima.”
La realidad: El 11 de julio de 2021 fue la mayor protesta popular en décadas. Decenas de miles de cubanos salieron espontáneamente a las calles en más de 60 localidades exigiendo “libertad”. La respuesta del régimen fue brutal: más de 1.500 personas fueron detenidas arbitrariamente, muchas de ellas menores de edad, y cientos aún cumplen largas condenas. No hubo “respuesta popular”, hubo represión estatal, golpizas y juicios sumarios.
Mentira #3: “El bloqueo es el principal responsable de la crisis económica.”
La realidad: El embargo estadounidense es una excusa recurrente del régimen para desviar la atención de su fracaso económico. Cuba puede comerciar con el resto del mundo, pero su economía está centralizada, militarizada y plagada de corrupción. La escasez no se debe al embargo, sino a un sistema que impide la producción nacional, persigue el emprendimiento y prioriza hoteles para turistas sobre alimentos para los cubanos.
Mentira #4: “La emigración es económica, no política. Los cubanos regresan, así que no hay persecución.”
La realidad: Miles de cubanos han abandonado la isla en los últimos años en lo que se ha convertido en un éxodo silencioso. Muchos solicitan asilo político porque huyen de la represión, la censura, el adoctrinamiento y la falta de oportunidades. Que algunos regresen no implica que no fueron perseguidos; muchas veces vuelven por razones familiares, a pesar del riesgo, no porque la situación haya mejorado.
Mentira #5: “En Cuba hay diálogo y democracia revolucionaria.”
La realidad: En Cuba no hay elecciones libres, ni partidos políticos opositores legales, ni prensa independiente permitida. Los activistas, periodistas y artistas que expresan críticas al gobierno son vigilados, detenidos o expulsados. El “diálogo” que menciona Gabriela no es más que un monólogo impuesto por un sistema que considera disidencia igual a traición.
Mentira #6: “La juventud cubana apoya la revolución y es resiliente frente a la crisis.”
La realidad: La juventud cubana es la más desencantada con el sistema. Basta ver quiénes lideraron el 27N, el Movimiento San Isidro y las protestas del 11J. Jóvenes artistas, universitarios y profesionales que, lejos de sentirse representados por el castrismo, exigen libertad, democracia y un futuro digno. La respuesta que han recibido ha sido acoso, encarcelamiento y exilio forzado.
La gira de Gabriela Fernández no es un acto de información, sino de propaganda. Pretende lavar la imagen de una dictadura que persigue a quienes piensan distinto, silencia la crítica y hunde a su pueblo en la miseria. En lugar de aplaudir su presencia, España debería escuchar las voces de quienes sufren el régimen desde dentro y alzar la voz por los derechos humanos y la libertad del pueblo cubano.







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