Luis Manuel Otero Alcántara gana el Premio Václav Havel a la Disidencia Creativa: un reconocimiento al arte que desafía a la dictadura cubana

El artista cubano y preso político Luis Manuel Otero Alcántara fue galardonado este año con el Premio Václav Havel a la Disidencia Creativa, un prestigioso reconocimiento internacional que celebra a quienes, mediante la creatividad, desafían regímenes autoritarios. La noticia no solo exalta su trayectoria, sino que confirma el impacto global de su lucha pacífica contra la represión del régimen cubano.

Desde su celda en la prisión de Guanajay, donde cumple una injusta condena de cinco años impuesta por su activismo y su arte contestatario, Otero Alcántara continúa siendo una referencia de resistencia cultural. Fundador del Movimiento San Isidro y del Museo de la Disidencia en Cuba, ha utilizado el performance y las artes visuales como formas de denuncia y como herramientas de empoderamiento ciudadano.

El Premio Václav Havel, otorgado por la Fundación de Derechos Humanos con sede en Nueva York, ha reconocido en años anteriores a figuras destacadas de países como Rusia, Irán y China. Con este galardón, Luis Manuel se convierte en el primer cubano en recibir esta distinción, sumando otro hito a su ya significativa trayectoria internacional, que incluye el Premio Rafto de Derechos Humanos (2022) y el Prince Claus Impact Award (2022).

El jurado destacó su valentía y compromiso con la libertad de expresión, afirmando que “su arte no solo resiste, sino que inspira a una nación entera a imaginar otra Cuba: libre, justa y sin miedo”.

Este premio es también un reconocimiento al pueblo cubano que, como Luis Manuel, resiste en las calles, en las cárceles y en el exilio. El arte de Otero Alcántara ha sido criminalizado por el régimen, pero legitimado por el mundo. La dictadura podrá encarcelar cuerpos, pero no puede encarcelar ideas.

En tiempos en que el régimen intenta silenciar hasta el más mínimo gesto de disidencia, este premio reafirma que la comunidad internacional sigue atenta y que el arte cubano no se rinde.

Luis Manuel no está solo. Cuba tampoco.