
Represor de cuello blanco: El comunista que vetó la carrera del científico Ariel Ruiz Urquiola
En el corazón de Miramar, La Habana, dentro de los muros del Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de La Habana (CIM-UH), se fraguó uno de los actos más reveladores de la represión silenciosa que ejerce el régimen cubano contra quienes disienten de su ideología. El científico y dirigente comunista Jorge Alberto Angulo Valdés figura hoy en la base de datos de represores cubanos por su rol directo en la persecución política del también científico Ariel Ruiz Urquiola.
Según la denuncia recogida por el sitio represorescubanos.com, Angulo Valdés utilizó su posición como Secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) en el CIM-UH para castigar las ideas políticas de Ruiz Urquiola. Lo hizo bloqueando oportunidades académicas internacionales clave para su desarrollo profesional, entre ellas, una beca postdoctoral otorgada por la Universidad de Leiden, en los Países Bajos, en octubre de 2009.
El argumento de Angulo fue tajante: Ruiz Urquiola “no era confiable desde el punto de vista político”. La acusación no solo le cerró las puertas de Europa, sino que también vetó otras invitaciones procedentes de universidades estadounidenses, como la Universidad de Alabama. En todos los casos, el obstáculo fue el mismo: la censura administrativa y política impuesta desde el PCC del CIM.
Este tipo de represión, menos visible que los encarcelamientos o las detenciones arbitrarias, representa lo que los defensores de derechos humanos denominan “represión de cuello blanco”: el uso del poder institucional para silenciar y castigar a los críticos, incluso dentro de la comunidad científica.
La paradoja que denuncia el caso es aún más cínica. Poco después de ejercer estas prácticas represivas, el propio Angulo Valdés salió de Cuba para continuar estudios en el extranjero y terminó beneficiándose de la Ley de Ajuste Cubano en Estados Unidos. Se estableció en Florida, donde actualmente ejerce como Profesor Visitante Asistente en Ciencias Marinas en Eckerd College, una de las universidades de pregrado más prestigiosas en su especialidad.
Este episodio revela la hipocresía y el doble estándar con el que muchos funcionarios del régimen cubano actúan. Por un lado, reprimen a quienes piensan diferente; por otro, terminan beneficiándose del sistema de libertades que negaron a sus víctimas.
El caso de Ariel Ruiz Urquiola, quien ha continuado su lucha por los derechos humanos y la libertad de expresión en Cuba, se suma a la larga lista de científicos e intelectuales que han sido castigados por no alinearse con la ideología oficial. La historia de su represión no solo denuncia a un represor de bata blanca, sino también al sistema que le permitió actuar con impunidad.







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