Elon Musk se retira del gobierno de Trump tras meses de polémicas y presiones empresariales

El magnate Elon Musk dejará su cargo al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) del gobierno de Donald Trump, tras una etapa marcada por medidas drásticas, críticas generalizadas y un creciente costo político y empresarial.

El anuncio se dio a conocer esta semana luego de un acuerdo entre Musk y Trump, en el que se decidió que el empresario abandonaría sus funciones a finales de mayo o principios de junio, coincidiendo con el límite de 130 días establecido para empleados gubernamentales especiales.

Musk asumió un rol clave en la administración desde el inicio del segundo mandato de Trump, liderando un ambicioso y controvertido plan para reducir el gasto público. Durante su gestión, supervisó el despido de más de 6,000 trabajadores del Gobierno Federal, una medida que, aunque aplaudida por algunos sectores conservadores, generó caos en múltiples agencias estatales y provocó protestas incluso en bastiones republicanos.

El impacto de sus decisiones no se limitó al ámbito político. Empresas como Tesla y SpaceX vieron cómo su valor en bolsa caía drásticamente, afectadas por el desgaste de la imagen pública de Musk y el rechazo de una parte significativa del mercado. Tesla, en particular, ha sufrido una caída sostenida en ventas desde el inicio de la vinculación directa de su CEO con el gobierno federal.

Uno de los momentos que marcó el declive de su influencia política fue la derrota del candidato que Musk respaldó en las recientes elecciones al Tribunal Supremo de Wisconsin. El revés electoral fue interpretado como un reflejo del rechazo popular a su figura y a su intromisión en la política partidista.

A pesar de estos reveses, Trump ha intentado suavizar la salida de Musk, asegurando que el empresario seguirá vinculado a su círculo más cercano, aunque de manera informal. “Tiene que volver a dirigir un gran número de empresas”, declaró el presidente en un intento por justificar la retirada de su controvertido aliado.

Con esta decisión, Elon Musk busca retomar el control total de sus compañías y distanciarse de la creciente controversia política que ha comenzado a afectar su imperio empresarial. Su salida, sin embargo, deja un vacío en la administración Trump, que pierde a uno de sus asesores más notorios y polarizantes.

Mientras tanto, la salida de Musk es recibida con alivio en sectores tanto del Partido Demócrata como del propio Partido Republicano, donde algunos legisladores consideraban que su presencia era más un lastre que una ayuda.