Día Mundial del Médico: en Cuba, la vocación resiste entre la escasez y la represión

En el Día Mundial del Médico, Cuba honra —o más bien recuerda— a esos profesionales de la salud que, pese a la precariedad del sistema, las carencias materiales y la presión política, siguen ejerciendo su vocación con dignidad y compromiso.

Mientras en otros países se celebran avances tecnológicos y se reconocen trayectorias médicas, en la isla muchos doctores continúan enfrentando desafíos extremos: falta de insumos, bajos salarios, vigilancia constante por parte del Estado y amenazas si deciden ejercer con independencia.

Un mensaje que circuló hoy en redes sociales sintetiza el sentir de muchos dentro y fuera del país: “Los médicos que con honor jamás dan la espalda a sus pacientes, ni por ideologías, ni por miedo a ejercer con dignidad y ser lo que juraron ser”. En Cuba, esa frase adquiere un peso especial. No son pocos los médicos que han sido sancionados o incluso encarcelados por denunciar fallas del sistema o por solidarizarse con causas sociales ajenas al discurso oficial.

A pesar de las adversidades, los profesionales cubanos de la salud siguen prestando servicios en hospitales sin agua, sin medicamentos y muchas veces sin electricidad. Muchos lo hacen impulsados por la vocación, no por el reconocimiento estatal, que suele politizar incluso las acciones más nobles del sector.

Paradójicamente, Cuba exporta médicos al extranjero como carta diplomática, mientras los hospitales dentro del país sufren un abandono alarmante. Esta realidad ha llevado a muchos galenos a emigrar o a desvincularse del sistema estatal de salud.

Hoy, en el Día Mundial del Médico, más allá de las medallas y los actos oficiales, el verdadero homenaje va para aquellos que, con integridad, continúan cuidando vidas sin vender su conciencia ni claudicar ante el miedo. Son ellos quienes encarnan el verdadero juramento hipocrático: salvar vidas por encima de cualquier ideología.

ClickCuba felicita al asesor de este medio, el Dr. Miguel Ángel Ruano por su gran empeño y amor a su profesión, por estar siempre a la orden cuando se le necesita.