Vulnerables en Cuba: el caso de Rosmiel y la negligencia médica que lo marcó de por vida

En una denuncia pública que ha sacudido las redes sociales, el Dr. Miguel Ángel Ruano, médico especialista en Medicina Física y Rehabilitación, expuso el estremecedor caso de Rosmiel Jesús Sánchez Castillo, un niño cubano de seis años que padece graves secuelas neurológicas a raíz de un embarazo mal gestionado y múltiples negligencias médicas durante su nacimiento y desarrollo temprano. El testimonio, compartido en su perfil de Facebook bajo el título “VULNERABLES EN CUBA – Expediente 2025-3”, pone en evidencia las fallas sistemáticas del sistema de salud cubano y el abandono de los más vulnerables.

Rosalba Castillo, madre del menor, vivió un embarazo aparentemente normal hasta la semana 33.2, cuando un ultrasonido en Artemisa detectó anomalías en el corazón fetal (un “atrium” aumentado) y una sospecha de microcefalia. Ante estos hallazgos, fue referida al hospital gineco-obstétrico González Coro, donde el Dr. Oliva le realizó una amniocentesis cuyo análisis, a cargo del Licenciado Luis Alberto Méndez Rosado, resultó negativo para anomalías prenatales. Sin embargo, el resultado fue entregado dos meses después, cuando ya Rosalba se encontraba ingresada para el parto, sin haber recibido ninguna explicación durante ese tiempo.

El 18 de mayo de 2018 nació Rosmiel, portando múltiples afecciones neurológicas severas. Apenas 22 días después, un nuevo error se sumó al expediente: un ultrasonido transfontanelar practicado por la Dra. Madelin concluyó erróneamente que no existían alteraciones craneoencefálicas. La historia demostró lo contrario: Rosmiel fue diagnosticado posteriormente con síndrome de West, microcefalia, cuadriparesia espástica, epilepsia, retardo global del neurodesarrollo, encefalopatía estática y otras complicaciones que hoy comprometen su vida.

El menor requiere múltiples medicamentos para controlar sus crisis epilépticas –entre ellos Levetiracetam, Clonazepam, Valproato sódico y Topiramato– pero la mayoría sólo se obtienen en Cuba a través de donaciones o en el mercado informal, lo que obliga a la madre a recurrir a la caridad o a costearlos a precios exorbitantes.

A pesar de haber sido evaluado por especialistas del Hospital William Soler y el Hospital Pediátrico Pedro Borrás, Rosmiel nunca ha recibido terapia de neurorehabilitación. En el Centro Nacional de Rehabilitación “Julito Díaz”, en Boyeros, alegaron que por tener una traqueotomía y una gastrostomía desde los 10 días de nacido, no era “apto para rehabilitación”, lo cual fue desmentido tajantemente por el propio Dr. Ruano. “Fui jefe del servicio de Neurorehabilitación Infantil allí, y sé que esos procedimientos no son impedimentos”, aseguró.

El especialista denunció que el caso de Rosmiel no es aislado, sino el reflejo de una deshumanización institucionalizada dentro del sistema de salud cubano. “El negligente accionar y el abandono del MINSAP Cuba se repite una y otra vez”, afirmó. “Después no me digan que miento o que esto es propaganda política. Las pruebas están aquí”.

La publicación, acompañada de imágenes y videos del niño –compartidas con autorización de su madre–, busca movilizar la conciencia pública sobre la urgente necesidad de protección a los vulnerables en Cuba. El Dr. Ruano concluye su denuncia con un llamado claro: “El mundo tiene que saber lo que pasa en Cuba”.

Este caso, como muchos otros, deja al descubierto que en la isla no sólo hay crisis económica: hay una crisis ética y humanitaria que amenaza la vida de quienes más deberían ser protegidos.

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