
Camagüey: Corrupción y caos en los trámites del Carnet de Identidad
Las colas para obtener o renovar el Carnet de Identidad en Camagüey se han convertido en un calvario para los ciudadanos, quienes deben enfrentarse no solo a interminables horas de espera, sino también a un sistema viciado por la corrupción y el abuso de poder. Los trabajadores encargados del trámite han implementado prácticas irregulares, vendiendo turnos a través de intermediarios por la exorbitante suma de 2,500 pesos cubanos, mientras alegan falsamente que deben atender a personas “rezagadas de días anteriores”.
Una imagen obtenida en las afueras de una de estas oficinas refleja el desorden y la desesperación de quienes intentan gestionar su documento sin éxito. Se observa a una gran cantidad de personas aglomeradas en las calles, muchas de ellas intentando ser atendidas en vano, mientras que un grupo de coleros y gestores informales controlan la entrada de quienes pueden pagar por un turno.
Excusas y maltrato a quienes no pagan
Según testimonios de los afectados, las autoridades del local justifican la lentitud del proceso con problemas en la conexión, asegurando que el sistema informático es inestable y no pueden procesar más trámites en un día. Sin embargo, esta justificación se desmorona al notar que aquellos que pagan a los coleros y trabajadores internos logran resolver su gestión con rapidez, mientras que los ciudadanos que no tienen cómo costear el soborno pasan jornadas enteras sin ser atendidos.
“La conexión se cae justo cuando nos toca a nosotros, pero los que llegan con su turno comprado entran sin problemas y salen con su carnet en la mano”, denuncia un ciudadano que prefirió mantenerse en el anonimato por temor a represalias.
Corrupción institucionalizada
Esta práctica no es nueva en el sistema burocrático cubano, donde trámites básicos como la obtención del Carnet de Identidad, pasaportes y otros documentos legales están sujetos a la manipulación de funcionarios que lucran con la desesperación de la población. La falta de un mecanismo de denuncia efectivo y la complicidad de las autoridades hacen que estos abusos se perpetúen sin consecuencias para los responsables.
Mientras el gobierno cubano intenta proyectar una imagen de eficiencia y control, la realidad en las calles es otra: un sistema colapsado donde el soborno y la corrupción son la única vía para obtener documentos esenciales. En Camagüey, este problema se ha agravado con la crisis económica y la depreciación del peso cubano, lo que ha convertido cada trámite en una oportunidad de negocio para quienes controlan el acceso a los servicios públicos.
Desesperación y resignación
Los ciudadanos que no pueden pagar los 2,500 pesos exigidos por los coleros deben regresar una y otra vez, esperando a que en algún momento se les permita el acceso sin intermediarios. “Esto es una falta de respeto. Aquí uno viene a hacer un trámite oficial y tiene que mendigar para ser atendido”, reclama una mujer que lleva días intentando renovar su documento sin éxito.
A pesar de las constantes denuncias en redes sociales y la indignación generalizada, la corrupción sigue operando a plena luz del día, con la complicidad de quienes deberían garantizar un servicio justo y equitativo. En un país donde la burocracia es sinónimo de abuso, los cubanos siguen enfrentándose a un sistema que, en lugar de servirles, los exprime hasta la última gota.
Mientras tanto, en las afueras de las oficinas del Carnet de Identidad de Camagüey, la escena se repite cada día: largas filas, rostros cansados, y coleros haciendo su negocio bajo la mirada indiferente de las autoridades.







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