Geobel Damir Ortiz Ramírez recibirá tratamiento en EE.UU. tras la aprobación de su visa humanitaria

Después de semanas de denuncias y presión pública, Geobel Damir Ortiz Ramírez, el niño cubano diagnosticado con linfoma de Burkitt, ha obtenido la visa humanitaria que le permitirá recibir tratamiento en Estados Unidos. La noticia llega tras una intensa campaña en redes sociales bajo el hashtag #SOSDamir, que exigía su acceso inmediato a quimioterapia y al anticuerpo monoclonal rituximab, esenciales para tratar esta agresiva enfermedad.

Un triunfo de la presión ciudadana

El caso de Damir evidenció las fallas del sistema de salud cubano, donde la falta de medicamentos y la corrupción administrativa ponen en riesgo la vida de miles de pacientes. La Comercializadora de Servicios Médicos de Cuba, entidad encargada del lucrativo negocio del turismo de salud en la isla, fue duramente criticada por priorizar la atención a extranjeros mientras negaba el tratamiento al menor cubano.

Ante la negativa de las autoridades sanitarias cubanas de proporcionar el medicamento necesario, médicos y activistas intensificaron sus denuncias, acusando al régimen de negligencia criminal. La presión de la comunidad internacional y de la diáspora cubana fue clave para lograr que el niño obtuviera la visa humanitaria.

Próximos pasos para el tratamiento de Damir

Con la visa aprobada, se espera que Damir viaje en las próximas horas a Estados Unidos, donde recibirá atención médica especializada en un hospital oncológico pediátrico. Los detalles sobre su traslado y la institución que lo atenderá aún no han sido revelados por motivos de seguridad, pero fuentes cercanas a la familia han confirmado que el niño será tratado con el protocolo adecuado para el linfoma de Burkitt.

El dilema de la salud en Cuba

El caso de Geobel Damir Ortiz Ramírez no es aislado. Mientras el régimen cubano destina recursos a la atención médica de turistas y a sus programas de “exportación de médicos”, muchos pacientes en la isla siguen muriendo por la falta de medicamentos esenciales.

La lucha por la vida de Damir ha dejado en evidencia la realidad del sistema de salud cubano: una estructura que presume de ser gratuita y universal, pero que en la práctica deja a su pueblo desamparado.

La pregunta ahora es: ¿cuántos otros niños cubanos seguirán sin acceso a tratamientos vitales porque el régimen prioriza el turismo médico y la propaganda política?

El caso de Damir es un triunfo de la presión ciudadana, pero también un recordatorio de la crisis humanitaria que atraviesa el sistema de salud en Cuba.

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