
La lucha de un padre cubano por llevar a su hijo a casa: una promesa gubernamental incumplida
En Cuba, la realidad de muchas familias que dependen del sistema de salud público para la atención de sus seres queridos se convierte en una batalla interminable contra la burocracia y el abandono estatal. Un claro ejemplo de esto es el caso del niño mostrado en la imagen, cuya historia ha sido compartida por su padre en redes sociales con la esperanza de encontrar una solución tras diez años de espera y promesas incumplidas.
El menor, que ha pasado toda su vida internado en el Hospital Pediátrico de Santa Clara debido a su enfermedad, depende de un ventilador mecánico para respirar. Su padre ha solicitado reiteradamente al gobierno cubano el cumplimiento de una promesa que le permitiría trasladarlo a casa: la instalación de un panel solar y un aire acondicionado que garanticen las condiciones necesarias para su cuidado. Sin embargo, esas gestiones han sido infructuosas.
A través de un mensaje desesperado en redes sociales, el padre denuncia la indiferencia gubernamental y cuestiona cómo es posible que se instalen paneles solares en vaquerías para alimentar el ganado, mientras su hijo sigue confinado en un hospital sin la posibilidad de experimentar el calor de un hogar. “¿Vale más una vaca que un niño?”, se pregunta con impotencia.
La situación pone en evidencia una triste realidad: mientras el discurso oficial proclama la supuesta prioridad del Estado por la salud y el bienestar infantil, en la práctica, muchas familias enfrentan trabas y desatención. El caso de este niño no solo refleja el drama de una familia en particular, sino que también es un símbolo del colapso de los servicios sociales en Cuba y del sufrimiento de quienes dependen de ellos.
Este llamado de auxilio no es solo un reclamo de un padre por la dignidad de su hijo, sino una denuncia que expone la negligencia gubernamental y la falta de sensibilidad ante una situación que, con voluntad política, ya habría sido resuelta.







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