
Eliana Castañeda: la víctima de un sistema de salud en ruinas
Eliana Castañeda, una mujer de 65 años residente en Hershey, un poblado que en los años anteriores al 59 fue próspero por su industria azucarera vinculada a la producción del chocolate Hershey, hoy enfrenta una crisis humanitaria que expone la precariedad del sistema de salud cubano. Su historia es la de miles de cubanos que sufren la ineficiencia del régimen en la provisión de servicios básicos, agravada por la crisis económica y energética que azota al país.
Eliana se encontraba bajo una enorme carga emocional y física. Además de lidiar con la falta de electricidad por períodos de hasta 16 y 20 horas, tenía la responsabilidad del cuidado de su madre de 94 años, quien se encuentra postrada en una cama tras una fractura de cadera que no pudo ser operada por la falta de recursos médicos. A esto se sumaba la escasez de alimentos y medicinas, esenciales tanto para ella como para su madre, especialmente para controlar la presión arterial y el azúcar en sangre.
El pasado jueves 21 de febrero, el agotamiento y la desesperación cobraron factura. Mientras caminaba por la calle, Eliana se desplomó y quedó inconsciente. Lo que ocurrió después es una muestra del colapso total del sistema de salud en Cuba: permaneció 19 horas en la vía pública sin recibir atención médica porque no había ambulancias disponibles. Durante todo ese tiempo, nadie pudo trasladarla a un hospital, reflejando el estado de abandono en el que viven los cubanos.
Finalmente, fue llevada al hospital de San José de las Lajas, pero su odisea estaba lejos de terminar. Allí se determinó que necesitaba urgentemente una resonancia magnética, pero el centro médico no contaba con los equipos para realizarla. La única opción era trasladarla al hospital Fajardo en La Habana. Sin embargo, nuevamente el sistema falló: no había transporte sanitario para llevarla a la capital.
Sus familiares, desesperados, han tenido que gestionar la resonancia por sus propios medios, enfrentando trabas burocráticas y un sistema hospitalario inoperante. Mientras tanto, Eliana permanece en estado crítico, sin recibir la atención médica adecuada y sin que las autoridades ofrezcan soluciones. Su madre, a la que ella cuidaba con esfuerzo, ahora queda desprotegida, sumida en el mismo abandono estatal que condena a millones de cubanos.
El caso de Eliana Castañeda es un testimonio más de la crisis humanitaria que atraviesa Cuba, donde la salud pública, antes proclamada como un logro del régimen, se ha convertido en una pesadilla para los ciudadanos. No hay ambulancias, no hay medicamentos, no hay equipos médicos. Pero sí hay sufrimiento, desesperación e impotencia. La familia de Eliana grita pidiendo ayuda, pero los medios oficialistas solo les piden paciencia. Paciencia para esperar lo que no llega, paciencia para ver morir a los suyos sin asistencia, paciencia para sobrevivir en un país que cada día les arrebata más.
Este no es un caso aislado. Es el reflejo de un sistema que ya no puede ocultar su colapso.







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