
EE.UU. amplía restricciones de visado para funcionarios cubanos involucrados en trabajo forzado
En un nuevo paso en su política hacia Cuba, el gobierno de Estados Unidos ha anunciado la expansión de su política de restricción de visados, dirigida a funcionarios del régimen cubano y de terceros países que colaboren en el programa de exportación de mano de obra explotadora de la isla. Así lo informó el secretario Marco Rubio a través de su cuenta oficial en X (antes Twitter), donde enfatizó que la medida busca promover la rendición de cuentas de aquellos que se benefician del trabajo forzado.
Según la declaración de Rubio, el Departamento de Estado ha tomado medidas para restringir la emisión de visados a individuos responsables del esquema de exportación de trabajadores cubanos, el cual ha sido denunciado en múltiples ocasiones como una forma de explotación laboral bajo el control del régimen. Estados Unidos ha calificado previamente este sistema como una forma de trata de personas, señalando que el gobierno cubano confisca gran parte de los salarios de los profesionales, especialmente médicos y otros trabajadores de sectores estratégicos enviados al exterior.
El trabajo forzado como herramienta del régimen
El programa de misiones médicas cubanas, en particular, ha sido objeto de denuncias internacionales por sus condiciones coercitivas. Organismos de derechos humanos han señalado que los médicos enviados al extranjero por el régimen están sometidos a estrictos controles, restricción de movimiento, confiscación de documentos de identidad y amenazas a sus familias en la isla en caso de deserción.
La administración estadounidense ha endurecido su postura respecto a esta política, argumentando que el trabajo forzado es una forma de opresión y explotación económica que beneficia al régimen cubano a costa del bienestar de los trabajadores. En este sentido, las restricciones de visado buscan presionar a los actores gubernamentales involucrados en estos esquemas y disuadir a otros países de participar en acuerdos que perpetúen la explotación laboral cubana.
Impacto y reacciones
La medida ha sido bien recibida por la comunidad cubana en el exilio y por organizaciones que defienden los derechos humanos en la isla. Sin embargo, es previsible que el régimen de La Habana rechace la decisión y la califique como un acto de hostilidad por parte de Washington, como lo ha hecho en ocasiones anteriores.
Este nuevo anuncio se enmarca dentro de la estrategia del gobierno de Donald Trump de ejercer mayor presión sobre el régimen de Miguel Díaz-Canel, en un contexto en el que la crisis interna en Cuba sigue profundizándose. Mientras el país enfrenta una grave escasez de alimentos, energía y medicamentos, el endurecimiento de sanciones por parte de EE.UU. podría generar un impacto significativo en los ingresos del gobierno cubano.
Con esta decisión, Estados Unidos envía un mensaje claro de que no tolerará la complicidad internacional con la explotación laboral cubana y refuerza su compromiso con los derechos humanos en la isla. Ahora, queda por verse cómo responderá el régimen y qué impacto tendrá esta política en sus acuerdos laborales con otros países.







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