
Adolescente en situación de vulnerabilidad en Guantánamo: un llamado a la solidaridad
En un país donde la crisis económica ha golpeado con mayor intensidad a las familias más vulnerables, una conmovedora denuncia desde Guantánamo refleja la dura realidad que enfrentan muchos niños y adolescentes en Cuba. La historia de Eliuva Ismael Benítez Leskay, un joven de 14 años que vive con su abuela tras el fallecimiento de su madre, ha despertado la preocupación y la solidaridad de quienes han conocido su caso.
Según la publicación compartida en redes sociales, Eliuva estudia en una escuela de oficio y vive en condiciones precarias en la dirección Carlos Manuel, entre las calles 10 y 11 norte, número 101 alto. Su madre, conocida en la comunidad como “Masita”, falleció hace unos meses debido a un derrame cerebral, dejando a sus tres hijos bajo el cuidado de su abuela. Desde entonces, la familia ha luchado por sobrevivir en un entorno marcado por la falta de recursos básicos.
La situación del joven tomó mayor visibilidad cuando se supo que llevaba dos días sin comer antes de acudir a pedir ayuda. Una madre que se encontraba de visita en Guantánamo relató cómo el adolescente llegó a su puerta en busca de algo para comer. “Soy madre y al ver eso me partió el corazón”, expresó en su mensaje, haciendo un llamado a quienes puedan ofrecer apoyo con alimentos, ropa o calzado.
Este caso no solo es un recordatorio de la precariedad en la que viven muchas familias en Cuba, sino también de la necesidad urgente de un sistema de protección social que garantice los derechos fundamentales de los niños y adolescentes. En comunidades como Guantánamo, donde los índices de pobreza se agudizan, las historias de vulnerabilidad se multiplican, mientras las redes solidarias de vecinos intentan cubrir las carencias dejadas por un Estado que ha fallado en garantizar el bienestar de su población.
La dirección de Eliuva ha sido compartida públicamente para quienes deseen tender una mano a este joven que, pese a las adversidades, se esfuerza por continuar sus estudios. Su historia es un reflejo de la lucha diaria de muchas familias cubanas, pero también un llamado a la acción para aquellos que deseen marcar una diferencia en la vida de este adolescente y su familia.
En momentos como este, la solidaridad se convierte en un acto de resistencia frente a la adversidad. Si desea ayudar, puede dirigirse a la dirección mencionada y contribuir con alimentos, ropa o cualquier recurso que pueda aliviar la carga de esta familia. Juntos, podemos hacer la diferencia.







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