El 1ro de mayo de 2023, la académica cubana Omara I. Ruiz Urquiola recibió un correo electrónico del Instituto de Investigaciones Cubanas (CRI, por sus siglas en inglés), adscrito a la Universidad Internacional de la Florida, con la noticia de que había sido una de las ganadoras de la Convocatoria de Solicitudes para el Programa de Becas para Estudiosos Cubanos Amenazados en las Humanidades, 2023-2024. Ha pasado más de un año y la investigadora principal del Observatorio de Libertad Académica continúa sin poder acceder a la beca patrocinada por la Fundación Mellon.

Hablamos con la exprofesora universitaria para entender qué ha sucedido.

¿Omara, por qué optaste por la beca?

Me decidí días antes de que cerrara la convocatoria. En vistas de que por el momento no podía entrar a Cuba y necesitaba acceder a archivos localizados tanto en FIU como en la Universidad de Miami para continuar con investigaciones que requieren consultar fuentes que ya en Cuba están vetadas para mí, me convencí de que era una buena opción. Además, no puedo costear hacerlo por mi cuenta.

Revisé bien las bases y era como si estuviese redactada para mí. Estudiosa de humanidades, perseguida, censurada académicamente y, lo más importante, no exigía que estableciera mi residencia en USA. Así que mandé la solicitud dos días antes de que cerrara el plazo y gané.

¿Cómo te sentiste al ganar?

Bueno, tenía altas expectativas respecto a la línea de investigación y sinergias probables. Me hizo ilusión y dada mi situación tan particular también implicaba solvencia económica, llevo tiempo deambulando de casa en casa y esto me daría un respiro. Ya luego seguiría intentando volver a mi casa, pero con las investigaciones truncas bastante adelantadas. Luego vi la selección total de beneficiadas y me sentí parte de algo pesado, desapareció la alegría.

¿Qué investigas?

Desde 2020 cofundé el Observatorio de Libertad Académica (OLA) y estando aquí, el de Derechos Culturales (ODC). Ambos persiguen la construcción de memoria histórica, el acompañamiento de víctimas y el monitoreo de la situación de los derechos a la educación y a la cultura en Cuba. También hay una investigación antropológica que quedó trunca a mi salida de las instituciones estatales. Soy historiadora, dependo de los archivos.

Ya, entonces ganas. ¿Y luego?

El director del CRI, Jorge Duany, me cita para una reunión y me pregunta por mi estatus migratorio. Le dije lo que creía era de su conocimiento, estoy en un limbo ya que con la extensión de visa turística vigente (B2) intenté en cuatro ocasiones entrar a Cuba y el Gobierno cubano impidió que abordara vuelos de aerolíneas norteamericanas. Entonces respondió que haría una consulta al Departamento de Estado sobre mi caso.

Foto: Dayana Fernández

¿Y el resultado cuál fue?

Que no había problema, que procediera. Solo recomendaban que no saliera de los Estados Unidos.

Luego …

El CRI comenzó la tramitación para presentar la solicitud a USCIS. No tenían a nadie especializado en ese tema y fue bastante accidentado. El resultado: pagaron mal la aplicación y USCIS devolvió la documentación. Ya no daba tiempo a entrar al primer período de la beca, aunque Jorge Duany me había dicho que nunca hubiera podido empezar en agosto con el curso escolar, pero que podía incorporarme hasta en octubre de ese año (2023) si hiciera falta.

¿Ahora pasarías para inicios de 2024?

Es correcto, de febrero a mayo. Pero en lo que ellos tramitaban la nueva emisión del DS-2019, que viene siendo como la carta de invitación de la universidad, otra becaria se comunicó conmigo para hablarme de irregularidades en cuanto al manejo financiero del otorgamiento de los recursos destinados por la Fundación Mellon para el programa. Sucede que ella solicitaba una reunión donde participáramos todas las becarias y el equipo del CRI; el problema era que Jorge Duany insistía en que resolvería la cuestión hablando por teléfono con ella.

Las razones que ella me compartió sobre su inconformidad me pusieron en alerta, ya yo estaba bastante impactada por algunos indicios de malas prácticas. Me dio pena dejarla sola y la apoyé en su reclamo de la reunión.

¿Se dio la reunión?

Claro, no desistimos. Ya para entonces exigí se grabase en encuentro, la tenacidad de ese señor por mantener compartimentada la información era notable.

¿Cómo fue?

Muy tensa, desagradable. Decepcionante. Acabé con náuseas.

Explícate, por favor.

Sería muy largo, solo decir que tuve que aguantar que en mi cara Jorge Duany dijera que el fondo destinado a relocalización de cada becaria (1500 USD) exclusivamente iba a contemplar pasajes de quienes estaban fuera de USA, ninguno de los otros usos que normalmente este implica. Ni renta hasta recibir el primer estipendio, ni pago de seguro médico, por ejemplo.

Hasta me río porque fue demasiado grotesco para mí. Al punto de que, con toda normalidad, informó que el fondo de relocalización de una becaria que vivía en USA se había utilizado en la compra de una computadora con la que se quedaría el departamento. Visualicé a un director de empresa estatal socialista en Cuba.

Ahí me vino a la mente una oficina en desuso que me mostró cuando nos reunimos y, de la que me comentó sería nuestro espacio de trabajo. Impresionante, el fondo de relocalización serviría para avituallar un espacio del CRI. A mi memoria acudieron los recuerdos de los proyectos internacionales que destinan recursos para una finalidad en Cuba y acaban convirtiéndose en locales de las instituciones. Allá tienen que disimular un poquito más, aquí ni hay que inflar. Es así y ya está.

Aquello transcurría ante mis ojos y yo no daba crédito. Pero bueno, por primera vez escuché explicaciones acerca del surgimiento del programa, esas fueron las únicas que se me dieron.

¿Le ripostaste?

¡Qué va! Casi estaba muda [risas]. Dije algo del seguro médico, ya él me había preguntado en nuestro único encuentro físico si me acogería al que tenía pactado la universidad, pagándolo de mi estipendio. También que tramitarían la nueva invitación de la universidad. Solo eso recuerdo, fue muy fuerte.

Foto: Yenier Martínez

Pero si a ti hasta te sacaron de la universidad en Cuba en una reunión con la Seguridad del Estado dando seguimiento.

Claro, pero en Cuba lo esperaba, me preparé durante dos años. Es una dictadura, no hay derechos y las leyes son simulacro. Al año fundé una institución independiente para documentar esas violaciones.

Esto es Estados Unidos, y se supone que aquí no pase. Menos en un centro de investigaciones dedicado al tema cubano y con una académica cubana que viene de perderlo todo por defender la libertad. Libertad ni libertad, ahora me puedo reír de mí, pero me llevó tiempo procesar.

Debe tenerse en cuenta que este programa se habilita para personas justamente en mi condición, estudiosa, humanista, perseguida, necesitando medios para acceder a archivos e investigar. Hay un tema humanitario que lo atraviesa todo, imagínate que a quien se designa para ampararte te hostiga. Una trata de entender y hasta negar lo que está pasando, no es posible, en mi mente nada de esto es posible. Sobre todo, por la naturalidad con que implementan la estrategia de coacción, por lo descarnado del despojo.

Eso sí, en todas las comunicaciones les he dejado claro que soy consciente de que este proyecto parte de la labor filantrópica de la Fundación Mellon. No es dinero de FIU ni del CRI, es dinero privado destinado a una causa humanitaria.

¿Qué dice la Fundación Mellon?

No sé, no he podido llegar a ellos. Varios amigos han intentado en vano. Un colega académico extranjero me dijo que ellos entregan el dinero y se van, no le siguen el rastro, no se retroalimentan con los beneficiarios. Justamente esta metodología genera la impunidad que hoy me aplasta.

El CRI gestionó el nuevo DS-2019, ¿no?

No tenía noticias y a los 6 días escribí para saber. Jorge Duany me informó que ahora el Departamento de Estado decía que era imposible que se me otorgara una visa J1.

A través de Anamely me comuniqué con la Oficina de Asuntos Cubanos del Departamento de Estado, yo realmente había quedado estupefacta cuando me reuní con su jefa a raíz de que me impidieran volar a Cuba y ella se refiriera a los cubanos de una forma que me pareció descalificadora.

Pues bien, ni idea tenían ellos de nada de mi situación. Consultaron a USCIS y les dijeron lo que ya yo sabía. La aplicación original se había pagado mal y debía corregirse. Solo eso.

Claro, ya no había tiempo para ello.

Yo no podía dar crédito a lo que Jorge Duany había hecho, mintió utilizando a otra institución, y no cualquier institución. Sin embargo, solo le reenvié lo que me respondieron y él asintió a tramitar la invitación.

Luego, de la propia Oficina de Asuntos Cubanos me dijeron que después de hablar con Jorge Duany entendían que era imposible solicitar cambio de estatus para mí y que yo tendría que salir al extranjero para poder hacerlo. Ellos, los mismos que habían dado como única recomendación todo lo contrario. La verdad es que yo no podía creer la falta de seriedad y responsabilidad a ese nivel.

Déjame decirte que esto es revelador, me ha hecho pensar más lejos que esto de la beca; una institución gubernamental de ese rango se dice y se desdice, justamente quienes están al frente de todo lo que tiene que ver con Cuba. Como mínimo, muy interesante.

Pero evidentemente en la Oficina de Estudiantes Internacionales de FIU no se enteraron y me enviaron borrador de nueva invitación para que lo revisara. Lo corregí y devolví, con copia al CRI, no quería que estuviesen de espaldas a nada. Pues bueno, la secretaria del CRI escribe al director de Estudiantes Internacionales preguntando qué iban a hacer en mi caso ya que mi visa estaba vencida, así, como si se tratara de algo nuevo. Como resultado, este me comunica que no emitirá el documento. Lo bueno fue que él me puso en copia el correo del CRI que le había hecho detener el trámite, ahí se despejó cualquier duda que me quedara.

No solo Jorge Duany había mentido al asegurar que seguía una contraorden del Departamento de Estado para no gestionar la nueva invitación, ahora el CRI boicoteaba la gestión a un nivel más alto que el suyo en la universidad.

¿Qué hiciste?

Traté en vano de exponer el asunto a la Oficina de Asuntos Cubanos del Departamento de Estado, un grupo de activistas rubricó una carta describiendo los hechos. Ninguna respuesta.

Luego escribí directamente a la Oficina de Estudiantes Internacionales de FIU. Primero en español y al ver que no respondían, en inglés. Solo les dije lo que siempre hubo, gané esa beca cumpliendo con los requisitos, no cometí ningún tipo de error. Evidentemente revisaron el tema y claro que emitieron la invitación.

Con el DS-2019 para realizar la estancia académica entre agosto y diciembre de 2024 me dispuse a intentar aplicar a USCIS. Ahí empezaba otro tema, Jorge Duany había dejado claro que tendría que buscarme un abogado migratorio, aunque lo había puesto al tanto de mi extrema vulnerabilidad desde el principio. Recuerdo incluso que una vez me invitaron a un desayuno en Miami Beach y en otra ocasión a una actividad en el campus en horas de la noche, era como si no entendieran de qué se trataba la beca, la función asistencial no existía.

¿Cómo te las arreglaste?

Mi hermano y yo conversamos, él ha sido mi luz en medio de todo este pantanal porque realmente está acostumbrado, desde que era estudiante, a abrirse paso con todo en contra. También ha sido becario internacional más veces que yo, aunque igual se indignaba y me repetía que cómo era posible todo. No conocemos de casos como este en ninguna de las universidades extranjeras donde hemos hecho estancia.

Una persona muy generosa, de la generación del exilio histórico, que nos respeta y mantiene relación amistosa con Ariel, gestionó una abogada especializada en asuntos migratorios que viabilizaría mi aplicación a USCIS sin cobrar por su trabajo. Yo no lo podía creer, pero cuando hablamos me contó que desciende de una familia de intelectuales que sufrió la represión del régimen soviético, terminé de hablarle y me eché a llorar. Otra víctima del comunismo me daba la mano, su nombre es Inna Shapovalov.

Como ya yo había investigado sabía que mi caso no es exclusivo ni mucho menos. Solo se preparaba correctamente la aplicación y se esperaba que USCIS la aceptara, tal y como ocurrió. Claro que, debido a todas las irregularidades del proceso, ninguna de mi responsabilidad, habría que solicitar el recurso de agilización.

Todo el tiempo perdido por los traspiés del ya exdirector del CRI, Jorge Duany, ha surtido efecto. Cuando USCIS revisa la aplicación, detecta que ya esa invitación de FIU ha caducado, el curso comenzó hace dos meses. USCIS me ha denegado la visa estadounidense.

Previendo que esto sucediera escribí a Jorge Duany al ver que comenzaba el curso y no salía mi visa. Su respuesta fue que propondría aplazar la invitación para el período 2025-2026. Demasiado cinismo sobre todo si se tiene en cuenta que, al inicio, antes de yo exigir que se efectuara la reunión, me había dicho que si la visa salía tarde me podría incorporar hasta en octubre. ¿Cómo se supone que sobreviva hasta entonces?

¿Qué harás?

He soportado, callada, para dar tiempo a que se concretara el resultado de todas las irregularidades del CRI. Todo el tiempo acumulando hechos, documentando. Cuando he logrado esquivar el obstáculo, entonces viene una nueva acción que ralentiza y frustra la solución de un camino que empezó a torcerse desde que me atreví a pedir cuentas.

Aún estoy analizando mis próximos pasos, pero está claro que no renuncio a una beca que gané legítimamente, en apego a la convocatoria pública por la que opté. También tengo claro que no puedo someterme a mucho más estrés y a una sobrevivencia penosa que ha gravado sobre mi salud.

¿Existe alguna manera de revertir esta situación, que habría que hacer?

La pregunta pudiera parecer muy simple, no lo es. Explico más.

Desde que concursé por la Beca Mellon para estudiosos cubanos amenazados, y como académica con más de veinte años de experiencia en Cuba y fuera de la isla, me pareció raro que no se publicara la identidad de los miembros del comité de selección. Es habitual que se procuren estándares de transparencia, además de que los currículos de los seleccionadores avalan cualquier programa. Pero más extraño fue el resultado de ese primer llamado, ahí no todas éramos humanistas perseguidas.

Y fue duro, especialmente porque quedaban fuera estudiosos y artistas con olor a calabozo, con algunos compartí patrulla en La Habana. Se comentó WhasApp adentro, pero rápidamente se entendió de qué iba esto, callar para no caer mal y no ser cancelado.

Luego ir a una primera reunión dispuesta a presentar mi proyecto investigativo y que solo me hablen de visa, cuenta bancaria, oficina y restricciones de horario. Eso ni en una Casa de Cultura municipal lo he padecido.

A instancias de otra becaria, me atreví a exigir que nos dieran la cara en colectivo, Jorge Duany se negaba obstinadamente y cuando accedió, de frente, con un cinismo digno del peor agente castrista que he tenido delante, me expuso una realidad grosera de desvío de recursos disfrazado de burocracia. Después el hostigamiento, torpedear cualquier posibilidad lograda de sacar adelante un trámite, y ya sin poder impedirlo, recurrir a normas que antes ni se mencionaban y se adecuaban hasta sin pedirlo.

Los niveles de violencia psicológica que me ha impuesto este sujeto y sus cómplices, parapetados en una institución académica que existe porque gente como yo se juega la vida, han sido descomunales. Si antes yo dudaba de los efectos de la revictimización, ahora te digo que hace tanto daño como la represión de origen. Es como un ciclo interminable que se reedita cada vez que te llega un correo de esa gente, cada vez que constatas un ardid para blanquear procederes opacos, cada vez que un colega expulsado de una universidad cubana se deja fuera para dar sitio a quien mejor convenga por la razón que sea, sin que nadie responda por nada.

Han ido tratando de justificar las irregularidades como para protegerse si alguien levanta la voz, llegando al punto de modificar la convocatoria original o declarar que otras instituciones tampoco revelan la constitución del comité de selección. Saben hasta dónde han llegado conmigo, es imposible que alguien en mi lugar no los exponga.

Esto que me ha ocurrido es parte de una estructura bien establecida que convierte el tema cubano en medio de vida. Es absurdo que no se fiscalice, que no haya un seguimiento, que no haya a quien recurrir. En el medio de las dos caras del fenómeno (el castrismo) quedamos los imperfectos, los que señalamos una investigación mediocre o un festival sin rasero estético, aunque nos cueste el puesto, los que no nos callamos la boca.

La injusticia existe más allá de las ideologías, da lo mismo Miami que Centro Habana. Creo que hay un orden conveniente que no debe ser alterado, pautas que nos anteceden a los ilusos que terminamos entendiendo lo sola que está Cuba y los cubanos. Algo se aprende.

4 respuestas a “Omara Ruiz Urquiola, otras cosas que entender”

  1. Tremendo todo esto que cuentas valiente como siempre. Lo he dicho otras veces, con gente como tú y tu hermano, hasta el final.

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    1. Avatar de Omara Isabel Ruiz Urquiola
      Omara Isabel Ruiz Urquiola

      Gracias profe🌸

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  2. Avatar de ariel ruiz urquiola
    ariel ruiz urquiola

    ¡Cuba merece un futuro distante de las pezuñas de ustedes! ¡La educación superior en Cuba merece gente sabia! ¡No GENTUZA que obra como la policía política de ‘cuba’! La verdad se ha de abrir camino sola. Cuba muy pobre, de espíritu. La excepción es la honradez en cualquier orilla… Sólo una cosa más, la dictadura ‘castro/canel’ no pudo doblegarnos NUNCA. Ningún chance para unos maltrechos vividores sin pundonor… Calma q todo llega, al paso del jarico en la intrincada rivera de yerbas, espinos y troncos derribados…

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  3. Avatar de maximo omar ruiz matoses
    maximo omar ruiz matoses

    Jorge Duany! Es bueno saber tus iniciales para seguir tus pasos con «lujo de detalles» y debes saber que la situación de mi patria que por supuesto no es la tuya ,puede cambiar de un momento a otro y entonces hablaremos contigo «a lo cortico». Mis hijos son seres sociales verdaderamente y sobre todo muy competentes y honestos lo que pasa es que el que tiene brillo propio siempre despierta la peor de las miserias humanas de seres como tú:Duany y esa «miseria humana» se llama «Envidia». Recuérdate lo dicho ,agentón de el DSE de la dictadura cubana.! Recuerda! Aquello se está acabando y no podrás alegar luego aquella frase popular cubana ¡De chiquito no se vale! Dime tu, payaso, si sale electo Donald Trump de Presidente de los EEUU? Entonces,macho; se adelantarán los acontecimientos y es hasta probable me de un viaje «turístico» hasta los EEUU! La espina mala eres tu y seguramente has engañado con manipulaciones a las instituciones donde te desempeñabas sobre esta concesión dada a mi hija que en el actual gobierno no es de dudar . Ya verás como desaparecerán los «Mayorkas», los Garland y otros gandules violadores de la propia constitución estadounidense y sus enmiendas ,etc si Donald Trump sale Presidente probablemente algunos de estos «funcionarios» den ,con sus huesos en «el tanque»(Mote de las prisiones cubanas). Y tú ?

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