
Un testimonio anónimo, brindado por una persona cercana a Julio César De Estrada Ferrer, denuncia un violento incidente ocurrido el pasado 5 de septiembre en las calles de Santiago de Cuba, que involucra a agentes de la Seguridad del Estado. La denuncia ha causado indignación entre quienes presenciaron los hechos y ha puesto en evidencia una vez más las prácticas represivas en la isla.
El relato detalla que Julio César se encontraba en la calle Duboy, alrededor de las 11 de la mañana, cuando un joven que luego fue identificado como Mario Raciel, presuntamente agente de la Seguridad del Estado, se le acercó exigiendo su teléfono móvil y su carnet de identidad. Aunque Julio entregó su carnet, se negó a ceder su teléfono argumentando que no existía ninguna orden oficial para su confiscación.
Fue en ese momento cuando Raciel, según la fuente, tomó a Julio por el brazo y lo condujo a la fuerza dentro de un pequeño establecimiento comercial. Allí, el agente le arrebató el teléfono, pero Julio logró recuperarlo. Al intentar guardarlo en su bolsillo, Raciel le propinó un puñetazo en la nuca que lo lanzó al suelo. La agresión no terminó ahí; Julio César fue golpeado brutalmente mientras le quitaban el teléfono a la fuerza.
El testimonio también señala que, tras la golpiza, Julio fue inmovilizado con alambre en las manos y los pies, utilizando incluso los cordones de sus zapatos para amarrarlo. Según la fuente, varias personas presentes intentaron intervenir para detener la violencia, pero el agente gritó que Julio era un “prófugo de la justicia” y un “estafador” con el objetivo de disuadir a los testigos de ayudarlo.
Finalmente, llegó una patrulla que lo trasladó a la unidad policial conocida como “El Palacete”. De allí, Julio César fue llevado al centro de detención en Micro 9, donde estuvo incomunicado por más de 15 días. Durante ese tiempo, solo se le permitió una visita semanal de 30 minutos, hasta que fue transferido a la prisión de Aguadores.
Este incidente refleja el preocupante aumento de los abusos por parte de las autoridades cubanas y la continua represión contra ciudadanos. La situación de Julio César De Estrada Ferrer es solo una de muchas denuncias similares que circulan en el país, donde los métodos violentos son empleados con total impunidad para acallar a quienes se atreven a desafiar al régimen.
Hasta el momento, se encuentra esperando que lo procesen bajo los falsos delitos, él fue el agredido y es el acusado, así es la vida en Cuba, un sistema donde los que tienen que mantener el orden y la ley son los que las violan.







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