En un alarmante episodio que evidencia la creciente violencia y represión en Venezuela, ocho hombres armados irrumpieron en la casa donde se hospedaba María Corina Machado, reconocida líder opositora, en el estado Táchira. El incidente, que ha generado un gran rechazo y preocupación tanto a nivel nacional como internacional, se suma a una serie de acciones intimidatorias contra Machado y sus seguidores.
Los asaltantes, además de portar armas de fuego, llevaban consigo un bidón de gasolina, lo que subraya la gravedad de sus intenciones. Al llegar a la residencia, atacaron al vigilante de la propiedad, amenazándolo de muerte y sometiéndolo violentamente. El objetivo era claro: infundir terror y enviar un mensaje de amenaza directa a María Corina Machado.
Este ataque se enmarca en un contexto de intensificada represión por parte del régimen de Nicolás Maduro. Se han reportado numerosos incidentes en los que las autoridades cierran locales donde Machado y su equipo comen, así como la detención de personas que les brindan hospedaje o apoyo logístico para sus eventos. Esta serie de persecuciones no solo busca amedrentar a Machado, sino también a cualquier ciudadano que muestre solidaridad con su causa.
Las reacciones no se han hecho esperar. Diversas organizaciones de derechos humanos y líderes políticos nacionales e internacionales han condenado enérgicamente el ataque. Se destaca la urgencia de seguir denunciando estas acciones, calificadas como una muestra de la tiranía más sanguinaria y violenta que ha conocido Venezuela.
Es imperativo que la comunidad internacional tome nota de estas violaciones sistemáticas de los derechos humanos. Aquellos líderes políticos y gobiernos que, de alguna manera, apoyan o justifican el régimen de Maduro deben ser desenmascarados. La hipocresía de estos apoyos debe ser expuesta, ya que afecta no solo a los venezolanos, sino también a los principios democráticos globales.
El asalto a la residencia de María Corina Machado en Táchira es una clara señal de la desesperación y brutalidad del régimen de Maduro. Este evento subraya la necesidad de una vigilancia continua y un firme rechazo a cualquier forma de represión y violencia política. Es esencial que la comunidad internacional mantenga la presión y apoyo a quienes luchan por la libertad y la democracia en Venezuela.
La violencia y la tiranía no deben tener cabida en ningún rincón del mundo. La lucha por la verdad y la justicia continúa, y es responsabilidad de todos denunciar y actuar contra estas injusticias.







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