
La UNE anuncia la salida y entrada de una termoeléctrica en menos de una hora y desata una ola de burlas e indignación
La Unión Eléctrica (UNE) volvió a colocarse en el centro de la polémica este viernes tras publicar dos partes informativos con apenas 55 minutos de diferencia sobre la Unidad 6 de la Central Termoeléctrica Máximo Gómez, en Mariel.
A las 09:03 de la mañana, la empresa estatal anunciaba que la unidad se encontraba “en línea”. Sin embargo, a las 09:58, menos de una hora después, la propia UNE informaba que la misma unidad había salido de servicio y que se “investigaba la causa”.
La secuencia, lejos de transmitir control o eficiencia, provocó una avalancha de reacciones críticas, irónicas y abiertamente indignadas por parte de los ciudadanos, cansados de los apagones prolongados y de una narrativa oficial que no logra ocultar el deterioro del sistema eléctrico.
“No aguantó ni una hora”
Los comentarios en la publicación de la UNE reflejan un profundo escepticismo. “No aguantó ni una hora”, escribió un usuario, sintetizando en una frase el sentir general. Otros ironizaron sobre la “hazaña” de haber mantenido la unidad operativa durante apenas 55 minutos.
Algunos ciudadanos recurrieron al humor como vía de escape ante una situación cada vez más insostenible. “Esta empresa, en vez de producir electricidad, se debe dedicar al humor”, comentó una usuaria, mientras otro calificó la situación como “tremenda proeza de esos héroes”.
La burla, sin embargo, convive con una crítica más estructural y directa.
Señalamientos a décadas de abandono
Varios comentarios apuntaron a lo que consideran la causa real del colapso energético: años de explotación sin mantenimiento ni inversión. “La causa son los 60 años de explotación sin mantenimiento capital”, escribió un internauta, calificando la política energética como una vergüenza.
Otros denunciaron que las termoeléctricas están en ruinas, que no se invierte “ni un centavo” en su recuperación y que el pueblo es quien termina pagando el precio, con apagones cada vez más largos y frecuentes.
“Hoy día no dan soluciones, solo comunican los desastres que hicieron y piden sacrificio”, resumió otro comentario.
Entre consignas y desconexión de la realidad
No faltaron tampoco mensajes alineados con el discurso oficial, responsabilizando a factores externos o celebrando la supuesta “continuidad”, lo que generó aún más rechazo entre los usuarios que viven a diario las consecuencias de los apagones.
Para muchos, la sucesión de comunicados de la UNE evidencia una desconexión total entre el lenguaje institucional y la realidad de millones de cubanos que pasan gran parte del día sin electricidad, sin explicaciones claras y sin perspectivas de mejora.
Una credibilidad en crisis
La reacción ciudadana deja claro que la UNE no solo enfrenta una crisis técnica, sino también una crisis de credibilidad. Cada parte informativo que anuncia entradas y salidas fugaces de las termoeléctricas refuerza la percepción de improvisación y agotamiento de un sistema que ya no ofrece garantías mínimas de estabilidad.
Mientras tanto, los apagones continúan marcando la vida cotidiana, y la paciencia social parece tan frágil como las unidades que, según los partes oficiales, entran y salen del sistema en cuestión de minutos.






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