Tormenta de rechazo en redes contra Con Filo: la publicación que obligó a cerrar los comentarios

La publicación de Con Filo anunciando lo que presentaron como “el último programa de 2025” desató una avalancha de reacciones en Facebook que terminó forzando a los administradores de la página a cerrar los comentarios. Lo que comenzó como un mensaje promocional, acompañado de tono humorístico y una invitación a seguir el programa, derivó rápidamente en un espacio de confrontación abierta, marcado mayoritariamente por críticas, burlas y cuestionamientos directos al contenido y al rol del programa dentro del panorama mediático cubano.

En cuestión de horas, el post acumuló cientos de comentarios, la gran mayoría negativos. Muchos usuarios expresaron rechazo frontal al programa, cuestionaron su credibilidad, lo calificaron de propaganda y lo señalaron como ajeno a la realidad cotidiana de los cubanos. Frases como “debería ser el último y perderse de la TV”, “el programa más odiado por el pueblo cubano” o “nadie los soporta” se repitieron con variaciones a lo largo del hilo.

Un elemento llamativo fue que numerosos comentarios provenían de personas que afirmaban no ver el programa, pero aun así se sentían motivadas a opinar. Esa contradicción fue incluso ironizada por los propios administradores de Con Filo, que respondieron con sarcasmo a varios usuarios, alimentando aún más el intercambio tenso. En otras respuestas, el equipo del programa optó por la burla, la descalificación directa o correcciones ortográficas, una estrategia que lejos de apaciguar la discusión, incrementó la polarización.

Las críticas no se limitaron al contenido editorial. Varios usuarios aludieron a la desconexión entre el discurso del programa y la crisis que vive el país, mencionando apagones, precariedad económica y desgaste social. Otros cuestionaron que se haga un espacio de debate político cuando amplios sectores de la población enfrentan problemas básicos no resueltos. También hubo comentarios señalando la aparente desproporción entre el número de seguidores de la página y el volumen de rechazo visible en el propio post.

En medio del aluvión, algunos mensajes defendieron al programa o minimizaron las críticas, pero fueron claramente minoritarios frente al tono general de desaprobación. A medida que avanzaban las horas, el intercambio degeneró en insultos cruzados, acusaciones personales y un clima que evidenciaba el alto nivel de fractura entre el discurso oficial y una parte significativa de la audiencia en redes.

Finalmente, Con Filo anunció el cierre temporal de los comentarios, alegando que ya era medianoche y que retomarían la interacción más adelante. El gesto, lejos de pasar inadvertido, fue interpretado por muchos usuarios como una confirmación del desbordamiento de la conversación y de la incapacidad de contener una reacción mayoritariamente adversa.

El episodio vuelve a poner sobre la mesa una realidad cada vez más visible en el ecosistema digital cubano: las redes sociales se han convertido en un termómetro difícil de ignorar, donde la narrativa oficial ya no controla el sentido de la conversación y donde el descontento, incluso cuando se expresa de forma caótica o contradictoria, emerge con fuerza. En este caso, un simple anuncio terminó revelando el profundo nivel de rechazo y desgaste que enfrenta uno de los programas más visibles del aparato mediático estatal.

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