
“Mi vida se ha paralizado”: cubana relata en video los efectos persistentes del chikungunya
La cubana Agneris Calvo Cruz compartió en un video su testimonio sobre los efectos prolongados del chikungunya, una enfermedad viral transmitida por mosquitos que, según relata, la mantiene en un estado de malestar constante desde hace casi dos meses. Su declaración expone no solo el dolor físico, sino también la incertidumbre y el impacto profundo que la enfermedad ha tenido en su vida cotidiana.
En su relato, Calvo Cruz explica que, aunque ha tenido días ligeramente mejores, el malestar nunca ha desaparecido. En los últimos días, incluso, los síntomas se han intensificado. Describe dolores severos desde el cuello hacia abajo, especialmente en la zona cervical, los hombros y los brazos, con una intensidad que no había experimentado antes. Señala además que una afección previa en una de sus manos se ha agudizado, limitando aún más su movilidad.
A estos dolores articulares y musculares se han sumado otros síntomas. La cubana afirma que ha desarrollado un cuadro gripal, acompañado de diarreas y una sensación general de agotamiento que la hace sentirse “fatal”. La persistencia de estos síntomas, después de casi dos meses, la lleva a preguntarse cuándo llegará el alivio y si su cuerpo volverá a la normalidad.
En el video, Agneris también expresa su preocupación tras ver imágenes de un recién nacido afectado por chikungunya, un caso que, según cuenta, logró recuperarse poco a poco. Ese hecho la lleva a cuestionar la información oficial sobre la transmisión de la enfermedad. “Si esto lo producen los mosquitos, ¿cómo es que un niño nace ya con chikungunya?”, se pregunta, sugiriendo la necesidad de mayor claridad y transparencia sobre lo que realmente está ocurriendo.
El impacto del virus en su vida diaria ha sido devastador. Calvo Cruz asegura que su rutina se ha visto completamente paralizada. No puede trabajar ni cumplir con las labores básicas del hogar. Cada movimiento le provoca dolor, lo que describe como una experiencia desesperante, especialmente en su rol como madre y ama de casa.
Su testimonio concluye con un llamado a otras personas que padecen la enfermedad para que compartan sus experiencias, en un intento por encontrar respuestas y apoyo colectivo. También envía un mensaje de bendición para el país y, con tono resignado, desea una feliz Navidad “al que pueda”, reflejando la crudeza de pasar estas fechas en medio del dolor y la incertidumbre.
El relato de Agneris Calvo Cruz pone rostro humano a una enfermedad que, más allá de las cifras y los reportes oficiales, está dejando secuelas físicas y emocionales profundas en quienes la padecen, y abre interrogantes sobre el manejo de la información y la atención a los afectados.






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