Antigua y Barbuda cancela el acuerdo de médicos cubanos tras más de 25 años de presencia en su sistema de salud

El Gobierno de Antigua y Barbuda puso fin al acuerdo de “cooperación médica” con el régimen cubano, una relación que se había mantenido durante más de 25 años y que garantizaba la presencia de decenas de profesionales de la salud enviados desde la Isla. La decisión marca un punto de inflexión en el Caribe y se produce en un contexto de crecientes cuestionamientos internacionales sobre las condiciones laborales de las llamadas misiones médicas cubanas.

Según reportó Diario de Cuba, el fin del acuerdo fue anunciado por el Partido Progresista Unido (UPP), partido en el poder en Antigua y Barbuda, sin que las autoridades hayan precisado las razones de la decisión ni el cronograma de retirada del personal médico.

Durante años, las autoridades del país caribeño defendieron la permanencia de los médicos cubanos como un pilar del sistema de salud nacional, especialmente ante la escasez de especialistas. Incluso, en meses recientes, representantes del propio Gobierno reconocieron que prescindir de estos profesionales podría afectar seriamente la capacidad de atención médica, sobre todo en áreas sensibles del sistema sanitario.

Sin embargo, el escenario internacional ha cambiado de forma significativa. En los últimos meses, Estados Unidos ha intensificado la presión diplomática sobre los países que mantienen acuerdos sanitarios con La Habana, al considerar que estos programas operan bajo esquemas de explotación laboral y violaciones sistemáticas de derechos humanos. Diversos gobiernos y organizaciones han denunciado que el Estado cubano se queda con la mayor parte del salario que pagan los países receptores, mientras impone restricciones severas a los profesionales, como la retención de pasaportes, limitaciones a la movilidad y la prohibición de negociar directamente sus contratos.

De acuerdo con la información citada por Diario de Cuba, en Antigua y Barbuda trabajaban alrededor de 70 profesionales cubanos de la salud, quienes serán sustituidos de manera progresiva por personal extranjero, principalmente procedente de Ghana, como parte de la reestructuración del sistema sanitario del país.

La cancelación del acuerdo también ocurre después de que Antigua y Barbuda fuera incluida por Estados Unidos en una lista de países sujetos a restricciones migratorias, una medida que analistas internacionales interpretan como parte de una estrategia de presión dirigida a los gobiernos que mantienen vínculos estrechos con el régimen cubano.

Más allá de sus implicaciones diplomáticas, la decisión tiene un impacto directo en los médicos cubanos afectados, quienes una vez más quedan al margen de cualquier proceso de negociación y sometidos a decisiones estatales que determinan su destino laboral y personal. El fin del acuerdo los obliga a regresar a un sistema que utiliza la exportación de profesionales como una de sus principales fuentes de ingresos en divisas, sin garantizarles plenamente sus derechos laborales.

Con este paso, Antigua y Barbuda se suma a una tendencia regional de revisión crítica de los convenios sanitarios con La Habana, poniendo en cuestión un modelo que durante años fue presentado como solidaridad internacional, pero que hoy enfrenta un creciente escrutinio por parte de la comunidad internacional.

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