Cuando detienen a alguien por grabar una manifestación: una guía para las familias en Cuba

En Cuba, cada vez más personas son detenidas no por participar en una manifestación, sino por grabar lo que ocurrió, documentar una protesta o enviar un video a un medio independiente. En muchos de estos casos, las autoridades presentan estos hechos como delitos graves, aunque la persona detenida no haya organizado ni participado en la manifestación.

Este artículo está dirigido a las familias de personas detenidas en estas circunstancias, muchas de las cuales hoy enfrentan miedo, presión institucional y desinformación.

Grabar no es delinquir

Registrar un hecho que ocurre en un espacio público no constituye un delito. Grabar imágenes o videos de una manifestación no equivale a participar en ella, ni implica responsabilidad penal automática.

Sin embargo, la Seguridad del Estado suele utilizar figuras penales amplias y poco precisas para justificar detenciones y procesos judiciales, incluso cuando la persona solo estuvo unos minutos grabando.

El aislamiento como herramienta de represión

Tras una detención, uno de los primeros objetivos de las autoridades es aislar al detenido. Para lograrlo, se ejerce presión directa sobre su entorno familiar mediante:

Amenazas o advertencias informales Mensajes de que denunciar “empeora la situación” Promesas de beneficios a cambio del silencio Intimidación y vigilancia

Este aislamiento deja a la persona detenida en una situación de absoluta vulnerabilidad.

El silencio no garantiza protección

Muchas familias optan por callar con la esperanza de proteger a su ser querido. Sin embargo, la experiencia acumulada muestra que el silencio no impide los abusos y, en algunos casos, facilita:

La prolongación de la prisión provisional La incomunicación Los malos tratos La falta de información oficial

Denunciar no significa confrontar, sino hacer visible una situación que de otro modo queda en la sombra.

Denunciar es un derecho, no un delito

Colaborar con un medio independiente o compartir información verificada no convierte a la familia en responsable de nada. La denuncia pública puede:

Ayudar a documentar el caso Generar acompañamiento Reducir el riesgo de arbitrariedades Permitir que organizaciones de derechos humanos registren lo ocurrido

Denunciar no exige exposiciones innecesarias ni discursos políticos. A veces, contar los hechos básicos es suficiente.

Existen formas seguras de denunciar

No todas las familias pueden o quieren exponerse públicamente. Es importante saber que existen alternativas:

Denuncias a través de terceros Comunicación anónima Información mínima y sin datos sensibles Contacto indirecto con medios o activistas

Buscar ayuda no implica ponerse en peligro, cuando se hace con cuidado.

La responsabilidad no es de quien informa

Es fundamental entender que la causa de la detención no es el medio que publica ni el acto de documentar, sino la política represiva del Estado. Informar sobre lo que ocurre no crea el problema, lo revela.

Un mensaje para todas las familias

Si una persona cercana está detenida por grabar, documentar o enviar información sobre una manifestación:

No está sola No es culpable por informar Tiene derechos, aunque no se respeten Su caso merece ser conocido

Denunciar no es atacar. Es proteger.

Y contar lo ocurrido no es un acto de traición, sino una forma legítima de defensa frente a la arbitrariedad.

Deja un comentario

Suscribirse

Tendencias