
GLS Bank cancela las cuentas del Partido Comunista Alemán tras cuestionar su “solidaridad” con Cuba
La entidad financiera cooperativa alemana GLS Bank decidió cancelar las cuentas bancarias del Partido Comunista Alemán (DKP) y de varias de sus organizaciones vinculadas. La medida entrará en vigor el 31 de diciembre de 2025 y ha abierto un debate en Alemania sobre el uso del sistema financiero para excluir a organizaciones políticas que operan legalmente.
Según informó el diario taz, el proceso comenzó cuando el banco solicitó explicaciones sobre determinadas operaciones realizadas por el partido, en especial una campaña de recaudación de fondos destinada a proyectos de “ayuda solidaria” en Cuba. Tras recibir la información solicitada, la entidad comunicó a la DKP su decisión de poner fin a la relación bancaria.
El tesorero nacional del DKP, Klaus Leger, aseguró que no existen razones económicas ni administrativas que justifiquen la cancelación y afirmó que se trata de una decisión de carácter político. En su opinión, GLS Bank se ampara en una cláusula genérica de sus condiciones contractuales para evitar dar explicaciones, mientras penaliza la orientación ideológica del partido y sus vínculos con Cuba.
Por su parte, GLS Bank negó que la medida tenga motivaciones políticas. Un portavoz del banco declaró que la cancelación responde a “requisitos legales y regulatorios”, aunque evitó especificar qué normas concretas se habrían incumplido. La entidad recordó que sus condiciones generales le permiten rescindir contratos sin necesidad de justificar públicamente los motivos.
El caso ha reactivado en Alemania el debate sobre el “debanking”, una práctica que consiste en negar servicios financieros a personas u organizaciones por razones ideológicas o políticas. Diversas voces han advertido que este tipo de decisiones otorga a los bancos un poder significativo para condicionar la actividad política y social, incluso cuando esta se desarrolla dentro de la legalidad.
Más allá del debate interno alemán, el episodio vuelve a poner el foco sobre el concepto de “solidaridad con Cuba”. Desde ClickCuba, resulta necesario subrayar que toda organización que afirma actuar en nombre de la solidaridad con el pueblo cubano, pero canaliza recursos hacia estructuras o proyectos alineados con el sistema de poder, termina colaborando con la dictadura y no con Cuba. En la práctica, ese tipo de iniciativas no alivian la situación de los ciudadanos, sino que contribuyen a sostener un aparato que controla y administra esos recursos.
En un contexto internacional marcado por restricciones financieras y controles cada vez más estrictos, el caso de GLS Bank y la DKP muestra cómo la retórica de la solidaridad sigue siendo utilizada sin un análisis crítico de sus consecuencias reales sobre la población cubana.
Mientras tanto, el DKP ha comenzado a trasladar sus operaciones a otras entidades financieras, entre ellas una caja de ahorros pública alemana, y ha solicitado apoyo a sus militantes para garantizar su funcionamiento tras el cierre de cuentas.
La controversia sigue abierta y plantea una cuestión de fondo: quién decide qué es solidaridad y quién termina beneficiándose realmente de ella.







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