
María Corina Machado, en camino a Oslo: últimas novedades
Según declaraciones recientes de Norwegian Nobel Institute, Machado no pudo llegar a tiempo para la ceremonia oficial del Nobel Peace Prize 2025, pero —aseguran— “está en camino a Oslo”. Su hija, Ana Corina Sosa, recibió el premio en su nombre en el Ayuntamiento de Oslo. Hasta ahora, no hay evidencia pública —ni fotos ni confirmaciones oficiales de autoridades noruegas— que confirmen su arribo a la capital noruega. Los organizadores anunciaron que Machado arribaría “esta noche o mañana por la mañana”.
Un periplo riesgoso: de la clandestinidad al exilio — con Oslo como meta
La propia Machado, desde un lugar no revelado, declaró en una llamada con autoridades del Instituto Nobel que:
“Estoy en camino a Oslo… Agradezco a quienes arriesgaron su vida para que yo pudiera venir.”
En paralelo, ese organismo confirmó que la rueda de prensa prevista fue cancelada ante la incertidumbre sobre su llegada.
Este viaje representa su primera aparición pública desde que pasó a la clandestinidad, escapando de una persecución política en Venezuela.
Por qué su llegada es clave — incluso en ausencia de la ceremonia
Que Machado esté “a salvo y en camino” es interpretado como un gesto simbólico: su presencia, aunque tardía, reafirma su legitimidad internacional como líder opositora exiliada. Su ausencia en la ceremonia intensifica la dimensión política del premio: demuestra hasta qué punto la represión en Venezuela ha limitado la libertad de sus opositores, y cuánto ha costado a muchos —exilio, clandestinidad, amenazas— simplemente el viajar. Para la comunidad venezolana en el exilio y para sus aliados internacionales, que Machado logre finalmente llegar a Oslo representaría un acto de visibilidad y esperanza, más allá del trofeo: un reconocimiento a la resistencia democrática.
Qué sigue ahora
Las miradas están puestas en la confirmación pública de su llegada —fotos, declaraciones oficiales, acto de recepción con su familia. Si eso ocurre, marcaría un momento histórico: su primera aparición visible desde su huida, con Oslo como escenario de un reconocimiento internacional.
Mientras tanto, su hija mantiene el legado del premio. Y aunque Machado no pudo recibirlo en mano, su voz —y su mensaje— siguen viajando, por ahora, en tránsito hacia Noruega.







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