La Navidad escrita con miedo: la carta de un niño que revela el costo emocional del exilio activista

El activista cubano Oscar Casanella compartió este 10 de diciembre una publicación profundamente personal acompañada de una carta manuscrita de su hijo mayor dirigida a Santa Claus. El documento, escrito con la inocencia de la infancia, expone una realidad demoledora: el miedo persistente de un niño a ser deportado y a que su padre sea encarcelado por la Seguridad del Estado cubano.

“Lo he intentado, pero no lo he logrado”, comienza Casanella, describiendo la lucha interna entre su compromiso político y su rol como padre. En el texto reconoce sentirse culpable por no haber podido ofrecer a su hijo la seguridad emocional y material que soñó, consecuencia directa —afirma— de haber dedicado años a la resistencia pacífica contra el régimen cubano.

Una carta que duele leer

En la carta del niño, fechada el 5 de diciembre de 2025, se lee un pedido que rompe cualquier idea de inocencia navideña:

“Lo primero que te pido es que por favor concedas asilo político a mi papá para que no nos deporten y los cubanos malos no lo arresten, golpeen o metan preso.”

Sólo después de ese ruego vital aparece el deseo infantil de un regalo: un set de Lego.

Casanella confiesa que leer esa carta lo devastó. El niño —quien vivió varios años en Cuba antes de huir con sus padres— manifiesta temor permanente a la deportación, pese a llevar cuatro años fuera del país.

Infancias marcadas por la represión

El activista relata cómo su hijo creció viendo golpizas, arrestos arbitrarios, asedios policiales y detenciones familiares. Incluso relata que en 2021 su hijo fue detenido junto a él y su esposa.

“Nunca pude darle la sensación de seguridad, estabilidad o alegría que quise para él”, reconoce.

Desde su llegada a Estados Unidos, el proceso de asilo sigue sin respuesta. Han pasado casi seis meses desde su audiencia final y, con ello, persiste la incertidumbre que impacta la vida emocional del menor.

El sentimiento compartido de miles de exiliados

Casanella subraya que su caso no es aislado. Muchos hijos de activistas cubanos arrastran estrés, miedo y heridas psicológicas que no desaparecen con cambiar de país.

El post termina con una serie de reclamaciones políticas que reflejan su convicción de décadas:

Seguridad para los niños cubanos, respeto a los derechos humanos, libertad para los presos políticos y fin del régimen comunista.

Un testimonio que trasciende lo personal

La publicación ha generado reacciones entre activistas, exiliados y ciudadanos cubanos que reconocen en esa carta no sólo el drama de una familia, sino el retrato de una nación partida:

La infancia cubana —aquella que debería pedir bicicletas, muñecas o videojuegos— termina pidiéndole a Santa Claus protección política.

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