
Fallece la Dama de Blanco Mercedes de la Caridad de la Guardia Hernández, símbolo de resistencia en Cárdenas
La mañana del 7 de diciembre trajo una noticia dolorosa para el movimiento cívico cubano: falleció la opositora y Dama de Blanco Mercedes de la Caridad de la Guardia Hernández, conocida cariñosamente como “Mercy”. La confirmación llegó desde a través de Leticia Ramos, también integrante del movimiento, quien publicó un emotivo mensaje en Facebook despidiendo a quien consideró el alma de la delegación en Cárdenas.
Según Ramos, Mercedes venía enfrentando desde hace años un severo deterioro de salud, agravado por múltiples enfermedades. Pese a ello, nunca abandonó su activismo. “Valiente cubana que desde hace varios años venía en deterioro… pero aun así continuaba activa”, escribió.
Las hermanas del movimiento la recuerdan como una mujer de carácter firme y espíritu alegre. Leticia describió a Mercy como una fuente de fuerza en medio de la represión, “a pesar de tantos calabozos y golpes siempre sacaba de su carisma y nos hacía reír”.
Desde el exilio, Ramos lamentó no poder acompañarla en su despedida terrenal. “Hoy yo lejos de la patria me duele aún su partida pues no podré acompañarla hasta su partida al cielo donde sé que Dios la recibirá bajo su gran manto”.
El mensaje culmina con una promesa que sintetiza el sentimiento de las Damas de Blanco:
“Mercy vuela alto, jamás tus hermanas te olvidaremos”.
Mercedes de la Caridad de la Guardia Hernández deja un legado de firmeza frente a la represión, solidaridad entre mujeres y compromiso con la libertad. Su nombre se suma a la lista de defensoras de derechos humanos cuyo costo personal fue inmenso, pero cuyo ejemplo permanece.
Su fallecimiento llega en un momento en que el movimiento opositor sigue marcado por encarcelamientos, exilio forzado, persecución y pérdida. Entre quienes la conocieron, la memoria de Mercy se convierte ahora en testimonio de la dignidad que tantos cubanos han defendido a pesar del castigo.
Leticia Ramos y otras Damas de Blanco confirmaron que su partida no será en silencio: se recordará su vida “como una hermana, una luchadora y un alma necesaria que, incluso frente al dolor, escogió reír y resistir”.
Una voz menos en tierra cubana.
Un símbolo más que crece en el exilio y en quienes continúan la lucha.







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