
“Si salvamos al perrito de Bayamo, ¿por qué no al hombre de Holguín?”: Llamado urgente por la vida del preso político Yosvany Rosell
El activista cubano Ghabriel Pérez de Holguín lanzó este viernes un mensaje directo y contundente en redes sociales, comparando la dramática situación del preso político Yosvany Rosell García, hoy en estado crítico tras más de un mes en huelga de hambre, con la movilización nacional que días atrás logró salvar la vida de un perro atrapado en Bayamo tras el paso del huracán Melissa.
En su publicación, Pérez apela a la sensibilidad y capacidad de presión que demostró el pueblo cubano durante el rescate del animal, un hecho que movilizó a artistas, intelectuales, científicos, estudiantes, animalistas y ciudadanos comunes, generando una ola de solidaridad que obligó a las autoridades locales a actuar.
“Artistas, intelectuales, científicos, estudiantes universitarios, animalistas… lograron salvar al perrito de Bayamo. ¿Qué tal si nos ayudan a salvar al hombre de Holguín?”, escribió.
Un contraste que expone prioridades y silencios
El mensaje llega en medio de la crítica situación de Yosvany Rosell, quien cumple 37 días en huelga de hambre en protesta por su condena. Su esposa ha denunciado un fallo renal agudo, severa deshidratación y riesgo inminente de muerte.
Mientras tanto, el caso ha recibido escasa atención pública, en marcado contraste con la campaña masiva que logró rescatar al perro de Bayamo, un episodio que durante días fue tendencia en redes sociales y generó reportes, debates y presión mediática dentro y fuera de Cuba.
Para Pérez, esa diferencia revela un problema profundo:
La sociedad cubana, aun cuando logra unirse en causas nobles, sigue enfrentando enormes obstáculos para defender los derechos humanos de sus propios ciudadanos. El régimen responde más rápido ante presiones “inoffensivas” que ante reclamos vinculados a presos políticos.
Un llamado a la conciencia colectiva
El activista convierte esa comparación en una denuncia y en un reclamo:
Si el país entero puede exigir que se salve a un perro, también puede exigir que se salve la vida de un hombre que agoniza en una cárcel cubana.
Su publicación busca activar el mismo espíritu de solidaridad, pero orientado esta vez hacia una causa donde el silencio puede costar una vida humana.
Rosell: padre de tres hijos y preso de conciencia
Yosvany Rosell García, padre de tres menores, es considerado preso político y de conciencia. Organizaciones de derechos humanos han advertido que su huelga prolongada podría terminar en una muerte que el Estado cubano podría evitar.
Mientras su salud se deteriora rápidamente, la presión social es mínima comparada con otras causas virales. Para su familia y para activistas como Pérez, esta diferencia es inaceptable:
“Si el pueblo salvó al perrito de Bayamo, también puede salvar al hombre de Holguín”.
Una pregunta que retumba: ¿Vale menos la vida de un cubano?
El contraste expuesto por Ghabriel Pérez pone en evidencia:
La capacidad de la sociedad cubana para organizarse cuando algo conmueve su corazón. La ausencia de esa misma fuerza cuando el régimen está implicado directamente en el sufrimiento de un ciudadano.
Su publicación ya genera debate entre quienes creen que el rescate del perro demostró la fuerza de la presión ciudadana, y quienes exigen que esa misma presión se aplique ahora para impedir que un preso político muera sin que el país levante la voz.






Deja un comentario