
Estalla la indignación en X tras publicación de Lis Cuesta sobre “derechos de la infancia”
La más reciente publicación de Lis Cuesta, esposa del presidente designado Miguel Díaz-Canel, desató una ola de indignación en la red social X, donde miles de usuarios cuestionaron la desconexión del discurso oficial con la crisis humanitaria que vive la niñez cubana.
Cuesta compartió una foto grupal y una diapositiva durante un encuentro sobre “derechos y responsabilidades de nuestras infancias y adolescencias desde la Cultura y la Educación”. Calificó el tema como “apasionante y retador”. La reacción fue inmediata y masiva: una tormenta de críticas señalando que el Gobierno habla de derechos mientras niños en toda la isla sobreviven en condiciones extremas.
“Lo apasionante sería que comieran”
Entre los mensajes más compartidos, varios usuarios exhibieron imágenes de niños desnutridos, viviendo en casas en ruinas o vendiendo productos en la calle para poder comer. Los reclamos se centraron en lo mismo: la distancia entre los debates oficiales y la realidad cotidiana.
“Estos necesitan casa y comida. Sin eso no hay educación ni cultura”, respondió un usuario, acompañado de fotos de menores con evidente desnutrición. Otro fue directo: “Mientras ustedes se reúnen con aire acondicionado y comida, los niños cubanos se mueren de hambre”.
El contraste entre las imágenes difundidas por ciudadanos y el mensaje institucional provocó una indignación generalizada. Muchos señalaron que ni la leche está garantizada para los menores, ni existe acceso a medicamentos, ni se resuelve el colapso de los servicios básicos que impactan de forma directa a la infancia.
Derechos sin alimentos, sin luz y sin medicinas
Las críticas también se enfocaron en la falta de coherencia del Gobierno al hablar de “responsabilidades” cuando el Estado no garantiza lo elemental. “¿Y para cuándo los derechos alimentarios?”, preguntó una usuaria. “Los niños necesitan luz para dormir y leche para crecer, no discursos”.
Otros recordaron que en Cuba la infancia enfrenta hoy un contexto marcado por:
Desnutrición creciente, con casos graves reportados por médicos independientes. Deserción escolar por falta de alimentos, transporte y uniformes. Aumento del trabajo infantil y menores buscando sustento en las calles. Proliferación de drogas entre adolescentes, especialmente en zonas urbanas. Escasez de medicinas y colapso del sistema sanitario.
Ante esa realidad, usuarios cuestionaron que se dediquen espacios institucionales a exponer diapositivas en lugar de atender urgencias básicas. “Hablar de derechos en un país donde esa palabra no existe”, comentó un internauta.
Un país roto, exhibido en X
La respuesta también incluyó críticas severas al estilo de vida privilegiado de funcionarios y sus familiares. Varias publicaciones cuestionaron que la esposa del presidente hable de infancia mientras muchos padres no pueden poner un vaso de leche sobre la mesa o garantizar un desayuno para enviar a sus hijos a la escuela.
Para algunos, su mensaje fue una provocación involuntaria que terminó por evidenciar —una vez más— el abismo entre quienes gobiernan y los cubanos que enfrentan día a día la miseria, los apagones, la inflación y la falta de servicios básicos.
“Muy retador es criar un hijo en este país que ustedes han destruido”, escribió un usuario.
Una reacción que refleja el estado del país
El estallido en X no fue un episodio aislado: forma parte de un patrón creciente donde cualquier publicación oficial es recibida con indignación, sarcasmo o denuncias. La reacción al post de Lis Cuesta es otro síntoma del descrédito acumulado del Gobierno y de una sociedad agotada por la crisis.
Mientras en las salas de reuniones se habla de “participación” y “miradas desde la cultura”, en las calles de Cuba la infancia vive una de las peores situaciones en décadas. Y esta vez, fueron los propios ciudadanos quienes se encargaron de recordarlo de forma contundente.







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