Estados Unidos denuncia los ataques del régimen cubano contra la prensa independiente

El Bureau of Western Hemisphere Affairs del Departamento de Estado de Estados Unidos condenó públicamente los continuos ataques del régimen cubano contra los periodistas independientes. En una declaración publicada en X, la institución señaló que la dictadura busca desviar la atención de su incompetencia, la mala gestión económica, el fracaso de sus políticas comunistas, la corrupción y la represión, recurriendo a la persecución de quienes informan sobre la realidad de la isla.

Washington reiteró que, a diferencia del régimen, Estados Unidos apoya al pueblo cubano y su derecho a acceder a información sin censura.

La denuncia llega en un escenario donde la represión contra la prensa no es nueva. En Cuba, informar es un acto de riesgo: desde 1959, ejercer el periodismo con independencia del Partido Comunista implica enfrentarse a vigilancia, interrogatorios, detenciones arbitrarias, exilio forzado, campañas de difamación y, en casos extremos, prisión. La llamada “prensa independiente” no es tolerada porque rompe el monopolio informativo sobre el que el régimen ha sostenido su poder durante más de seis décadas.

En las últimas semanas, varios reporteros han denunciado operativos de vigilancia, amenazas a sus familias, citaciones policiales y presiones directas del Departamento de Seguridad del Estado para impedirles continuar su labor. El objetivo es el mismo que ha guiado la represión desde los inicios de la dictadura: impedir que la realidad del país sea conocida por los propios cubanos y por la comunidad internacional.

Mientras el régimen intenta criminalizar a los periodistas acusándolos de “mercenarios” o “agentes extranjeros”, la declaración del Departamento de Estado pone el foco donde corresponde: el gobierno cubano ataca a quienes informan precisamente porque la verdad desmantela el relato oficial y deja al descubierto la crisis humanitaria, económica y social que vive la nación.

En un país donde informar ha sido un acto de valentía durante más de 65 años, el pronunciamiento de Estados Unidos refuerza la importancia de acompañar a quienes siguen documentando la realidad, a pesar del riesgo y de la maquinaria represiva del Estado. Su trabajo constituye hoy una de las principales herramientas de resistencia cívica dentro de Cuba.