
Un analista detenido por pensar: el testimonio del hijo de William Sosa sacude las redes
La detención del analista cubano William Sosa ha generado una profunda ola de indignación entre sus seguidores dentro y fuera de la Isla. Fue su propio hijo, Miguel Sosa, quien utilizó la cuenta de Facebook de su padre para denunciar públicamente la situación y pedir apoyo ante lo que calificó como una “terrible injusticia” que ha devastado a la familia.
Según el testimonio publicado, William Sosa fue arrestado en Cuba por realizar exactamente aquello que durante años lo caracterizó: publicar análisis económicos y sociales con rigor, respeto y voluntad de aportar una crítica constructiva. Su hijo subraya que su padre jamás ofendió a nadie ni incitó al odio; simplemente pensó, escribió y compartió lo que veía como ciudadano preocupado por la realidad nacional.
Para quienes lo siguen, William es una voz lúcida, un analista respetado. Para su familia, es algo mucho más profundo: el pilar del hogar, el hombre que sostiene emocional y materialmente a los suyos. Su arresto, describe Miguel, dejó a la familia “en shock y con un vacío inmenso”.
En el mensaje, el joven lamenta que “un hombre bueno, un padre de familia que solo ha buscado el bien a través de sus ideas” hoy esté viviendo esta situación. Expresa también un temor claro por su seguridad y una angustia que atraviesa a todos en la casa, quienes esperan noticias mientras lidian con la incertidumbre.
Miguel, que administrará temporalmente la página de su padre, pidió con urgencia que se ayude a visibilizar lo ocurrido y a difundir la historia para que el mundo conozca lo que considera un acto de represión por motivos de opinión. “Que el mundo sepa que detrás de esta cuenta que inspira a tantos, hay una familia que solo pide justicia y su regreso a casa”, escribió.
El caso de William Sosa se suma a una lista creciente de ciudadanos cubanos detenidos por expresar criterios críticos en redes sociales, un patrón que ha sido señalado reiteradamente por defensores de derechos humanos tanto dentro como fuera de Cuba. Mientras tanto, su familia aguarda, presa de la angustia, con la esperanza de que la presión pública contribuya a que William recupere pronto su libertad.







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