Recién nacida en Camagüey lucha por su vida mientras su padre denuncia negligencia médica y teme represalias políticas

Una bebé de apenas cinco días de nacida se encuentra en estado crítico en el hospital materno de Camagüey, según denunció en redes sociales su padre, el activista Adrián Quesada, quien responsabilizó al personal médico y al régimen cubano por la situación de la recién nacida.

Quesada explicó que su esposa, Leyanis Heredia Zalazar, también activista, fue sometida a una cesárea de emergencia en medio del brote de una infección viral —“la virosis mala esa que anda”, escribió— y que desde entonces la vida de su hija está en peligro.

“Mi niña con solo cinco días de nacida se encuentra luchando para salvar su vida… fue reportada de grave ya que a mi esposa la activista Leyanis Heredia Zalazar le hicieron cesárea con la virosis mala esa que anda”, denunció en Facebook.

El padre recordó además que en ese mismo hospital, hace ocho años, murió la madre de su actual esposa a causa de una presunta negligencia médica, y afirmó que no confía en que el caso de su hija sea una simple coincidencia.

“Responsabilizo a todo el personal médico del hospital materno de Camagüey, a la policía política y a la dictadura. Lo que suceda con mi niña no creo en las casualidades”, escribió Quesada, añadiendo que teme represalias por el activismo de su esposa.

La publicación, acompañada de fotos de la bebé hospitalizada, ha despertado preocupación entre activistas y ciudadanos dentro y fuera de Cuba, quienes han expresado su solidaridad con la familia y exigido una investigación transparente sobre las condiciones médicas y el trato recibido.

Quesada pidió oraciones por la salud de su hija y reiteró su desconfianza en el sistema sanitario estatal, marcado por carencias de insumos, falta de transparencia y subordinación política, una situación que ha sido denunciada en numerosas ocasiones por familiares de pacientes.

El caso vuelve a poner en el centro del debate la crisis del sistema de salud cubano, que el régimen sigue presentando como “potencia médica”, mientras crecen las denuncias por muertes evitables, negligencias y discriminación hacia activistas y sus familias.