Cuba enfrenta nuevo apagón nacional tras salida de la termoeléctrica Antonio Guiteras del sistema

La Unión Eléctrica de Cuba (UNE) anunció este viernes que la termoeléctrica Antonio Guiteras, ubicada en Matanzas, salió nuevamente del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) alrededor de las 9:00 a.m. para ejecutar “trabajos impostergables”. La entidad confirmó que la unidad había reducido su generación a 120 MW antes de detenerse completamente, y que los trabajos están dirigidos a la “recuperación de potencias”.

Según el comunicado oficial, la parada está planificada por cuatro días y se prevé que la sincronización ocurra el próximo martes. Sin embargo, la propia UNE advirtió que este viernes la operación del SEN sería “compleja, con déficit altos”, lo que anticipa un agravamiento de los apagones en todo el país durante el fin de semana.

La Guiteras, considerada la termoeléctrica más importante de Cuba, ha sufrido múltiples salidas del sistema a lo largo del año por fallas técnicas, falta de mantenimiento y deterioro estructural. Cada vez que ocurre, el país entra en una situación crítica de generación eléctrica, con extensos apagones que afectan tanto a la población como a los sectores productivos.

Los comentarios en redes sociales reflejan la indignación de los cubanos, que viven entre constantes cortes de luz y sin esperanzas de una solución cercana. “Operación compleja en el SEN, con déficit altos”, reconoció la UNE, en una frase que los ciudadanos interpretan como sinónimo de días enteros sin electricidad.

Mientras tanto, las autoridades no han ofrecido detalles concretos sobre las causas técnicas que obligaron a la nueva parada ni garantías de que, tras la sincronización prevista para el martes, la planta logre mantenerse estable.

La salida de la Guiteras vuelve a evidenciar la fragilidad del sistema eléctrico cubano, dependiente de una infraestructura envejecida y sin recursos para sostener una generación estable. Para millones de cubanos, la noticia significa más noches sin luz, alimentos echados a perder y la certeza de que la crisis energética continúa sin una salida real.