La bala del 11J que podría sentar a Miguel Díaz-Canel ante la justicia internacional

El opositor cubano Osiris José Puerto Terry, uno de los sobrevivientes más visibles del levantamiento popular del 11 de julio de 2021, ha dado un paso histórico en la búsqueda de justicia. El proyectil extraído recientemente de su cuerpo en un hospital de Barcelona se convertirá en una pieza clave para iniciar un proceso judicial internacional contra Miguel Díaz-Canel y los responsables de la represión ordenada aquel día.

Un sobreviviente del 11J convertido en símbolo

Puerto Terry participó en las protestas de Luyanó y 10 de Octubre, en La Habana, donde se tomó una de las imágenes más icónicas del 11J: una patrulla policial volcada por manifestantes. Durante esa jornada, fue alcanzado por disparos de agentes de la Policía Nacional Revolucionaria, después de que Díaz-Canel diera la orden televisada de “salir a defender la revolución al precio que sea necesario”.

Osiris recibió tres disparos, de los cuales dos lo impactaron directamente. Uno en la pierna y otro en la espalda, cuando ya se encontraba en el suelo. Logró sobrevivir, pero las secuelas lo acompañaron durante años. Desde entonces, vive bajo régimen de protección del Reino de España, donde ha continuado denunciando los crímenes cometidos por el régimen cubano durante y después de las manifestaciones.

La bala que podría llevar al banquillo al régimen

La reciente intervención quirúrgica permitió extraer el último proyectil que permanecía en su cuerpo desde 2021. Esa bala, según el equipo jurídico que acompaña a Osiris, será sometida a análisis forense y pericial para documentar de manera técnica la agresión y la responsabilidad de las fuerzas represivas.

El objetivo es elaborar un informe médico-legal y jurídico internacional que respalde una acusación formal contra Miguel Díaz-Canel y los agentes Raunel Yannis García y Edisnel García Guerra, identificados como los autores materiales de los disparos. Este expediente será presentado ante un tribunal internacional de derechos humanos, buscando establecer responsabilidades por intento de asesinato y crímenes de lesa humanidad.

La justicia que Cuba niega

Durante años, las autoridades cubanas se negaron a investigar los hechos, y la Seguridad del Estado ofreció a Osiris realizarle una operación para extraer la bala, bajo condiciones poco transparentes. “No podía confiar en quienes intentaron matarme”, declaró el opositor en anteriores entrevistas.

Hoy, en territorio europeo, la evidencia que el régimen intentó silenciar podría ser utilizada para abrir un precedente judicial sin precedentes en la historia reciente de Cuba. De confirmarse la cadena de responsabilidad, el caso representaría la primera acción concreta que conecta la represión del 11J con órdenes directas del más alto nivel político del país.

Una herida abierta en la conciencia cubana

El caso de Osiris José Puerto Terry simboliza la resistencia de cientos de cubanos que salieron a las calles aquel 11 de julio a exigir libertad, y que fueron reprimidos con violencia. Muchos continúan presos, otros en el exilio, y algunos —como Osiris— con las cicatrices de aquella jornada marcadas en el cuerpo.

“Esa bala ya no está dentro de mí, pero representa a todos los que no sobrevivieron”, afirmó Osiris tras su cirugía.

En los próximos días, el opositor sostendrá encuentros con representantes políticos y de derechos humanos en Europa, con la intención de impulsar el proceso judicial y visibilizar el caso. También está disponible para ofrecer declaraciones a los medios que deseen ampliar la información.

El metal que habla

El proyectil que casi le arrebató la vida se ha convertido ahora en una prueba de Estado, una evidencia que podría contribuir a sentar a Miguel Díaz-Canel ante la justicia internacional. Lo que un día fue símbolo de represión, hoy se transforma en una oportunidad de justicia para Cuba.

ClickCuba seguirá de cerca el desarrollo de este caso, que podría marcar un antes y un después en la lucha contra la impunidad del régimen.