
Comienza en Ciego de Ávila el juicio por el cuádruple asesinato que estremeció a Cuba
Este miércoles comenzó en el Tribunal Provincial de Ciego de Ávila el juicio contra Leudys Romero Daudinot, señalado como autor confeso del asesinato de cuatro personas, entre ellas un niño de 4 años y un adolescente, en un hecho ocurrido el 24 de agosto de 2024 en la localidad de Ceballos.
El caso, que sacudió a toda Cuba por la brutalidad del crimen, se ha convertido en uno de los episodios más impactantes de los últimos años. Según los documentos del expediente judicial, el móvil fue el robo, ya que al acusado se le ocuparon dinero y pertenencias de las víctimas, elementos que contribuyeron a su rápida identificación.
Fuentes locales confirman que dos hermanos, Leudys y Luis Enrique Romero Daudinot, fueron detenidos pocos días después del crimen como presuntos responsables. Sin embargo, solo Leudys figura oficialmente como “autor confeso” y es el único procesado en el juicio que inició este miércoles. Hasta el momento, las autoridades no han esclarecido públicamente la situación legal del segundo detenido.
El crimen tuvo lugar en una vivienda de la comunidad de Ceballos, donde fueron halladas sin vida cuatro personas: dos mujeres, un adolescente y un niño de apenas cuatro años. La magnitud del suceso generó consternación y una ola de indignación en toda la provincia.
Decenas de vecinos y familiares de las víctimas se han concentrado a las afueras del tribunal exigiendo “la pena máxima” y clamando por una justicia real y ejemplar. “No hay castigo suficiente para lo que hizo”, expresó una vecina de la familia, según testimonios recogidos por medios independientes.
Hasta el momento, las autoridades judiciales no han divulgado detalles sobre la duración del proceso ni sobre la fecha estimada de sentencia, pero se prevé que el juicio se extienda varios días debido a la gravedad del caso y a la cantidad de testigos citados.
Este crimen ha reavivado el debate sobre la seguridad ciudadana en Cuba, en un contexto de aumento de la violencia y de deterioro social impulsado por la crisis económica. La población avileña, aún marcada por el dolor, repite un mismo clamor: “Que se haga justicia.”







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