Golpeado brutalmente en prisión el recluso cubano Georlys Olazábal Drake tras intentar comunicarse con su familia

La madre del recluso cubano Georlys Olazábal Drake, la señora Elvira Drake, denunció una grave golpiza sufrida por su hijo en el Combinado del Este, en La Habana, donde cumple una condena de 15 años por un delito fabricado por el régimen cubano.

Según relató Elvira, los hechos ocurrieron el pasado martes, cuando Georlys logró realizar una llamada para saber sobre la salud de su hijo, hospitalizado y sometido a una punción lumbar. Durante la comunicación, el joven pidió autorización a un oficial para volver a llamar a la madre del niño. Sin embargo, el capitán Juan Ramón, oficial de guardia superior, le quitó el teléfono y lo golpeó violentamente tras un intercambio de palabras.

Después de esa agresión, fue llevado a una celda donde volvió a ser golpeado y sujetado por el cuello, según el testimonio de su madre. La violencia fue presenciada por otros funcionarios que no solo la permitieron, sino que la avalaron.

“El Mayor Bicet, segundo jefe de la unidad 2, dijo que estaba bien y que si tenían que volver a darle lo harían, porque a ellos las leyes no les importan, que la ley que vale es la de ellos allá adentro del penal”, denunció Elvira.

Al día siguiente, Georlys fue presentado ante el primer teniente Ney, jefe de tratamiento educativo, quien también respaldó los abusos afirmando que “la ley de ellos es la que vale y no les importa nada”. La madre calificó el sistema del penal como “una mafia de esbirros” que actúa con total impunidad dentro del Combinado del Este.

Elvira asegura que ha intentado comunicarse con la dirección del penal, pero los funcionarios se burlan por teléfono y le exigen acudir en persona para formalizar una queja, algo que no puede hacer en este momento.

“Georlys me ha dicho que, si puedo, haga pública esta denuncia. No quiero que lo sigan golpeando, quiero que el mundo sepa lo que está pasando en ese penal”, expresó su madre con desesperación.

Aunque Georlys fue miembro del movimiento Somos +, en el momento de su encarcelamiento ya no ejercía como activista político, por lo que no figura oficialmente como preso político. Sin embargo, su familia sostiene que la condena responde a acusaciones fabricadas, y que las condiciones a las que es sometido demuestran el carácter represivo y arbitrario del sistema penitenciario cubano.

El caso de Georlys Olazábal Drake pone nuevamente en evidencia la violencia, impunidad y violaciones sistemáticas de derechos humanos que imperan en las cárceles de Cuba, donde los presos —sin distinción— son tratados con crueldad por las autoridades encargadas de su custodia.