
Mike Waltz desenmascara al régimen cubano en la ONU antes de la votación anual contra el embargo
El representante de Estados Unidos ante la ONU, Mike Waltz, protagonizó este martes un contundente discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas que dejó al descubierto la doble moral del régimen cubano. Su intervención, antesala de la votación que el castrismo impulsa cada año desde 1992 para culpar al “bloqueo” de todos sus males, fue interrumpida por el canciller del régimen, Bruno Rodríguez Parrilla, visiblemente molesto ante la exposición de hechos que desmontan el discurso oficial de La Habana.
Desde el inicio de su intervención, Waltz calificó el debate como un “teatro político” en el que el régimen intenta convencer al mundo, a sus aliados y a los propios cubanos de que es una víctima inocente, cuando en realidad —dijo— “se trata de un gobierno ilegítimo y brutal que ha arruinado la vida de su pueblo”. El congresista recordó que el régimen ha convertido esta votación en una herramienta propagandística desde que en 1992 Cuba perdió el subsidio soviético y dejó de ser “parásito de los rusos”, pasando a presentarse como víctima de Estados Unidos ante el mundo.
El diplomático estadounidense desmintió con datos la narrativa cubana sobre el supuesto “bloqueo”, afirmando que “Estados Unidos siempre ha permitido la importación de alimentos, medicinas y bienes humanitarios”. En 2024, aseguró, Washington exportó más de 585 millones de dólares en comida y medicinas hacia Cuba, una cifra que, según Waltz, “demuestra que no existe ningún bloqueo, sino una economía fracasada bajo un sistema comunista que solo produce miseria y represión”.
Bruno Rodríguez interrumpió el discurso entre gritos de protesta, alegando que el tono del representante estadounidense “violaba la dignidad de la Asamblea”. Sin embargo, la presidenta de la sesión le devolvió la palabra a Waltz, quien respondió con serenidad: “Soy consciente de dónde estoy. Esto no es una legislatura comunista ilegítima en La Habana; este es un espacio donde hablamos con hechos”.
El mensaje del representante norteamericano fue claro: “Dejen de apaciguar al régimen cubano con sus votos. No existe bloqueo; lo que hay es una dictadura que oprime, encarcela y expulsa a su pueblo”. Waltz recordó que más de dos millones de cubanos han abandonado la isla en los últimos años, que existen más de 700 presos políticos y que el régimen continúa explotando a sus ciudadanos mediante el trabajo forzado y la exportación de médicos bajo condiciones de trata laboral.
El congresista también denunció que el régimen cubano “colabora con enemigos de Estados Unidos, sostiene al régimen venezolano y facilita operaciones de narcotráfico y tráfico humano en la región”, llamando a los países presentes a votar con coherencia y no dejarse manipular por la propaganda del castrismo.
Esta votación anual, que históricamente ha contado con un respaldo mayoritario para La Habana, podría tener un resultado distinto este año, ya que varios países han expresado su descontento ante la represión y el deterioro económico y humanitario en Cuba.
El discurso de Waltz marca un giro en la postura estadounidense dentro de la ONU: más firme, sin concesiones diplomáticas, y enfocado en desenmascarar la narrativa de una dictadura que, tras más de seis décadas, sigue culpando a otros de su propio fracaso.
“No hay bloqueo, hay tiranía”, resumió Waltz al finalizar su intervención, dejando claro que el verdadero obstáculo para el progreso de Cuba no son las sanciones, sino los que gobiernan la isla desde 1959.







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