
Liberan sin juicio al agresor que intentó asesinar a un hombre en Contramaestre: crece la indignación por la corrupción en los tribunales
El caso que hace unos meses estremeció a los vecinos de Baire, en el municipio de Contramaestre, provincia de Santiago de Cuba, ha tomado un rumbo indignante. Rey Manuel Aliaga Sánchez Beato, acusado de intentar asesinar a Dariel Mora Almenares, fue liberado sin juicio después de pasar apenas tres meses en prisión.

La víctima, que sobrevivió al ataque tras sufrir heridas calificadas como graves por el peritaje médico, no fue notificada oficialmente de la excarcelación del agresor ni de las razones que llevaron a su liberación.
Documentos que confirman la gravedad del caso
Los informes médicos y periciales a los que tuvo acceso ClickCuba confirman que Dariel Mora Almenares sufrió una herida torácica profunda con riesgo vital, producida por un arma blanca que afectó el parénquima pulmonar y provocó un shock hipovolémico.

El dictamen de Medicina Legal fue categórico: la lesión era de carácter grave y compatible con una agresión destinada a causar la muerte.


A pesar de la contundencia de las pruebas, el expediente Nº 78 de 2025, radicado por el delito de lesiones graves, fue objeto de sucesivas prórrogas y nunca llegó a juicio.
Corrupción y tráfico de influencias
Fuentes cercanas al proceso señalan que detrás de esta decisión estaría el hijo del agresor, Reizer Aliaga Almenares, quien habría utilizado sus influencias como inspector de higiene y epidemiología para lograr la liberación de su padre.

Según la información obtenida por ClickCuba, la Fiscalía Municipal de Contramaestre, el Tribunal Provincial de Santiago de Cuba y oficiales de alto rango del Ministerio del Interior (MININT) están plenamente conscientes de este intento de asesinato y de la gravedad de los hechos.
Sin embargo, ninguno ha actuado. La inacción y el silencio institucional apuntan a un posible arreglo interno, donde la justicia ha sido sustituida por corrupción, favores y pagos bajo la mesa.
El caso plantea preguntas inevitables:
¿A quién le pagaron para liberar a un presunto homicida?
¿Cuánto costó comprar el silencio de las autoridades judiciales?
¿Por qué el Estado protege a un agresor armado y deja indefensa a la víctima?
Impunidad y desprotección
Dariel Mora Almenares continúa viviendo con secuelas físicas y psicológicas, mientras teme por su seguridad, por la de su hija de 4 años y la de su abuela de 83, ante la presencia del agresor en libertad.
A pesar de las pruebas y los informes forenses, ninguna autoridad ha ofrecido explicación alguna sobre la liberación de Aliaga Sánchez Beato.
El silencio de la Fiscalía y del Tribunal demuestra una complicidad alarmante entre los órganos judiciales, policiales y políticos de la provincia, que han optado por proteger al agresor en lugar de garantizar justicia.
Una justicia que se vende al mejor postor
El caso de Dariel Mora Almenares es un reflejo del profundo deterioro moral e institucional del sistema judicial cubano, donde la ley se negocia y la impunidad se compra.
En Cuba, los tribunales no imparten justicia: obedecen órdenes o favores, y quienes tienen poder o dinero pueden torcer el curso de los procesos más graves.
Mientras tanto, las víctimas quedan abandonadas, y los responsables de crímenes violentos pasean libremente por las calles.
En un país donde pensar es delito y hablar es castigo, también buscar justicia se ha convertido en un riesgo.
Y cuando un intento de asesinato se resuelve con un pago, no hay duda: la corrupción ya ha tomado el lugar de la ley.







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