La respuesta ingeniosa de Anna Sofía Benítez Silvente al régimen cubano

Anna Sofía Benítez Silvente responde con ingenio a las difamaciones del régimen: “Mi refri de un dólar está lleno de seis libras de continuidad y cuatro kilos de resistencia”

La joven cubana Anna Sofía Benítez Silvente volvió a sacudir las redes con un nuevo video que, más que una respuesta, es una lección de lucidez frente a los intentos del régimen por desacreditarla. Tras las difamaciones que circularon luego de su primer mensaje viral, Anna Sofía reapareció con una mezcla de ironía, claridad y valentía que desmonta punto por punto los ataques en su contra.

“Sí, ya tengo mi título”, comienza diciendo, aludiendo con humor al hecho que desató la polémica inicial. Desde ese primer instante, su tono es firme, directo y cargado de una inteligencia sencilla pero contundente. Con sarcasmo, muestra su entorno doméstico y lo convierte en metáfora:

“Mi guitarra de un dólar, mi sofá de un dólar, mi televisor de un dólar, que ahora mismo tienen la misma funcionalidad que tiene este búfalo que está aquí. Mi refri de un dólar, que ahora mismo está lleno de seis libras de continuidad y cuatro kilos de resistencia”.

Con esas frases, Benítez Silvente desmonta la narrativa oficial que pretende anular su derecho a expresarse por el simple hecho de poseer comodidades básicas. “Al parecer estas comodidades anulan mi derecho de expresar lo que pienso, de querer aspirar a más, de no conformarme, de no quedarme en la mediocridad y en la miseria”, explica.

Su reflexión va más allá de la réplica personal. Señala que, en Cuba, muchos juzgan la veracidad del reclamo por la pobreza visible de quien lo hace. “¿Ustedes creen que mis palabras tendrían mayor veracidad si me pongo debajo de un puente con ropa desgastada?”, pregunta con ironía. “Yo solamente tengo comodidades básicas que todo hogar debería tener y aún así ninguna me las ha dado la revolución”.

Anna Sofía también aclara que no vive del dinero ajeno ni del favor del Estado. Agradece la ayuda de su hermana, pero deja claro que ella y su madre sostienen su hogar con su propio esfuerzo. “Ellos ayudan porque saben que aquí estamos mal y porque nos aman, pero no tienen responsabilidad de mantenernos”, dice, y subraya su anhelo de vivir en un país donde los cubanos no dependan de la ayuda del exterior para sobrevivir.

En su análisis, denuncia la desmotivación generalizada de los jóvenes para continuar estudios superiores: “No está bien que los jóvenes no quieran continuar estudios porque han visto que miles de profesionales han tenido que dejar su trabajo por necesidad. Oficio que les encanta, les apasiona, pero la pasión no alimenta”.

El problema, dice, es que “vende croquetas gana más que un cirujano, un ingeniero o un científico”. No lo dice con desprecio, sino como síntoma del deterioro económico y moral de un país donde el mérito ya no vale.

Su discurso alcanza uno de sus momentos más fuertes cuando describe el miedo que domina a los cubanos incluso dentro de sus propios hogares: “Mi familia está súper de acuerdo contigo, yo también estoy súper de acuerdo contigo, pero no te puedo dar like, no te puedo compartir, porque trabajo en un lugar que si ven que reaccioné a tu video, me puede traer consecuencias”.

“¿Valiente por qué? ¿Por decir lo que pienso?”, pregunta, consciente del riesgo que implica hablar en voz alta en un país donde la censura se disfraza de disciplina laboral y el silencio de prudencia.

A través de un lenguaje fresco, cargado de ironía y sentido común, Anna Sofía logra lo que pocos consiguen: exponer la hipocresía del sistema sin recurrir a la agresión, evidenciando que la mayor crítica no necesita gritar, basta con describir la realidad.

“El amor a la patria genuino nace por la historia, por las vivencias y por los resultados, no por conveniencia, mentiras, miedo ni adoctrinamiento”, afirma con una madurez poco común entre los jóvenes cubanos, y agrega que ni el servicio militar ni el trabajo voluntario deberían imponerse por miedo a perder el salario o el módulo de alimentos.

Antes de despedirse, deja una última reflexión: “Así como mi refrigerador, que ustedes lo ven bonito, pero está vacío por dentro, así es todo aquí: una fachada”.

Anna Sofía Benítez Silvente no solo ha respondido a las difamaciones: ha puesto en evidencia una verdad que millones de cubanos sienten y callan. Y lo ha hecho sin insultos, sin odio, solo con razón, ironía y dignidad. En su voz se resume la realidad de una generación que se niega a aceptar la miseria como destino y el silencio como norma.

Una respuesta a “La respuesta ingeniosa de Anna Sofía Benítez Silvente al régimen cubano”

  1. Avatar de Ernesto Antonio Rodríguez Peña
    Ernesto Antonio Rodríguez Peña

    exelente reflexión,el que intente desacreditar tan verificas palabras,es sin dudas un verdadero opresor.

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