Basura, aguas negras y abandono en Altura de La Lisa: por aquí no pasaron los del “trabajo voluntario”

Las imágenes enviadas a la redacción de ClickCuba desde Altura de La Lisa, en La Habana, muestran una escena que se repite a lo largo de toda la capital: calles inundadas de aguas albañales, acumulación de basura en las esquinas y un hedor que invade el vecindario.

Mientras los dirigentes del Partido Comunista y del gobierno de Miguel Díaz-Canel presumían el pasado 6 de octubre de su “trabajo voluntario” en La Habana —una jornada dedicada supuestamente a la limpieza de la ciudad—, los vecinos de esta barriada aseguran que por allí “no pasó ni una escoba”.

Las fotografías, captadas en horas de la tarde, evidencian el nivel de abandono institucional. Las bolsas de desechos se amontonan junto a charcos de aguas residuales, que corren libremente por las zanjas sin que ninguna autoridad sanitaria intervenga. Los contenedores de basura están vacíos o rotos, mientras los desperdicios se acumulan a su alrededor, mezclados con ramas, animales muertos y restos de alimentos en descomposición.

“Dicen que limpiaron La Habana, pero parece que La Lisa no pertenece a la capital”, ironizó un vecino que pidió mantener el anonimato por temor a represalias. “Aquí el único trabajo voluntario es el que hacemos los vecinos cada vez que tratamos de tapar los huecos o limpiar el frente de nuestras casas”.

La escena contrasta con las imágenes divulgadas por la Presidencia de Cuba, donde se veía a Díaz-Canel y otros altos funcionarios recogiendo basura en un entorno cuidadosamente seleccionado para las cámaras. En Alturas de La Lisa, sin embargo, los vecinos conviven cada día con focos de infección que ponen en riesgo la salud pública, mientras esperan una solución que nunca llega.

El supuesto trabajo voluntario del 6 de octubre, promovido como muestra del “compromiso revolucionario”, parece haber sido solo una puesta en escena. Porque donde realmente se mide el resultado —en los barrios olvidados de La Habana—, el abandono y la desidia del Estado cubano siguen siendo la única constante.