Ángel Santiesteban denuncia la penetración total de la Seguridad del Estado en la masonería cubana

El escritor, disidente y masón cubano Ángel Santiesteban Prats publicó un extenso testimonio en su perfil de Facebook donde expone, con detalle y crudeza, la historia de control, manipulación y miedo que —según afirma— ha caracterizado la relación entre la masonería y el régimen cubano desde 1959.

Santiesteban, quien ingresó a la fraternidad en 1987 a los 21 años, relata que desde sus primeros pasos en la masonería pudo percibir la vigilancia constante del Estado sobre la institución. “Inspeccionaban el libro de tesorería, y cuando el tesoro comenzaba a subir, les imponían multas con cualquier pretexto, para mantener bajo los ahorros”, escribió, añadiendo que cada mes las logias están obligadas a entregar al Registro de Asociaciones del Ministerio de Justicia los acuerdos tomados, bajo la amenaza permanente de ser cerradas si el régimen así lo decide.

Según el autor de El regreso de Mambrú, la masonería en Cuba ha sobrevivido “muy a pesar de Fidel Castro”, quien —recuerda— la atacó desde los primeros años de su gobierno. “Mantenerla activa ya era una tarea contra la dictadura”, afirmó.

La fractura interna y el caso del Gran Maestro exiliado

Uno de los puntos más delicados del texto se centra en la crisis actual de la Gran Logia de Cuba, que —de acuerdo con Santiesteban— se agravó tras el exilio del Gran Maestro Francisco Javier Alfonso Vidal, quien abandonó el país al negarse a aceptar las presiones de la policía política. “Desde entonces la masonería no ha sido la misma, porque fue como quitarnos la venda de los ojos. Lo que hacían solapadamente, comenzó a ser público”, escribió.

Santiesteban denuncia que, en la actualidad, la masonería cubana está bajo la influencia directa de funcionarias del Ministerio de Justicia, como Miriam García, y del Comité Central del Partido Comunista, como Caridad Diego, así como del masón Maykel Filema Duarte, a quien describe como “semianalfabeto” y subordinado a la Seguridad del Estado.

El escritor reveló que se encuentra expulsado por la Corte Masónica, a la espera de que la Alta Cámara ratifique o no la sanción el próximo 25 de octubre, en una sesión que considera “viciada por la injerencia política”. Aun así, asegura que no pretende continuar en la organización si el nuevo Gran Maestro no es elegido democráticamente por los representantes de todas las logias del país.

La resistencia en el Supremo Consejo

Pese a lo que califica como la “casi pérdida” de la Gran Logia, Santiesteban afirma que aún queda un bastión de independencia: el Supremo Consejo, liderado por el Soberano Viñas. Según explica, este órgano “ha resistido los intentos de la Seguridad del Estado por imponer su control”, y mantiene el apoyo mayoritario de la membresía masónica.

“Allí resistiremos hasta el último momento en que lo cierren o nos encarcelen con alguna infamia de las que se le ocurren a los regímenes totalitarios”, expresó.

Un llamado a la coherencia moral

En la parte final de su publicación, Santiesteban lanza una crítica a quienes, viviendo fuera de Cuba, juzgan la labor de los que permanecen dentro del país enfrentando al régimen. “Muchos se fueron perteneciendo al CDR y otras organizaciones del régimen sin dar un criterio adverso que los complicara, y ahora pretenden ser más duros que nadie”, escribió.

El autor concluye asegurando que la historia “será la única honesta y agradecida, si lo sabemos hacer bien”, reafirmando su compromiso con la verdad y la libertad, dentro y fuera de la masonería.

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