
Israel Rojas se desahoga en redes en medio del colapso cubano
El músico Israel Rojas Fiel, líder del dúo Buena Fe, sorprendió a sus seguidores con un mensaje en redes sociales en el que expresa un profundo malestar frente a la realidad cubana. En un texto cargado de angustia, el artista afirma sentirse “enfermo de rabia e impotencia” y asegura que a veces duda de poder llegar al día siguiente.
El tono desesperado de la publicación contrasta con la imagen que durante años sostuvo Rojas: la de un músico cercano al régimen cubano, presente en actos oficiales y en los medios estatales como voz legitimadora del sistema. Sus palabras, que hablan de una “era maldita” y de un cúmulo de injusticias que lo desbordan, llegan en un momento de extrema crisis nacional: apagones de más de 20 horas, desabastecimiento crónico, inflación galopante y un éxodo sin precedentes.
Una trayectoria marcada por la polémica
Israel Rojas, abogado de formación, fundó Buena Fe en 1999 y desde entonces se convirtió en uno de los artistas más visibles de la isla. Su música, mezcla de trova y pop, le permitió acceder a grandes escenarios y al favor del aparato cultural oficial. Esa cercanía lo colocó, en más de una ocasión, en el centro de la polémica.
Cuando miles de cubanos salieron a protestar el 11 de julio de 2021, Rojas se alineó con la narrativa oficial que criminalizó a los manifestantes. También negó la existencia de presos políticos, lo que provocó el rechazo de una juventud que en ese momento llenaba las cárceles por exigir libertad. Esa memoria aún pesa y explica por qué su publicación actual ha generado más reproches que empatía.
Juventud incrédula ante su “despertar”
Para muchos jóvenes, el mensaje de Rojas no es visto como un gesto de valentía, sino como un intento tardío de subirse a un dolor colectivo que nunca defendió. La generación que se siente traicionada por su silencio en momentos cruciales ahora lo acusa de oportunismo.
“Está viviendo lo mismo que todos, pero cuando nosotros gritamos lo llamó vandalismo”, expresan usuarios en redes, reflejando el desencanto de quienes no olvidan su papel en la defensa del régimen.
Entre el desahogo y la responsabilidad
El texto de Israel Rojas puede ser leído como un desahogo personal, un intento de sobrevivir emocionalmente en medio del caos. Pero en Cuba, donde la gente paga un precio muy alto por expresarse, cada palabra pública de una figura reconocida tiene peso político.
La pregunta inevitable es si Rojas está dispuesto a dar un paso más allá del lamento y asumir una postura clara frente a las causas de esa “era maldita” que denuncia. Hasta ahora, su mensaje se queda en el terreno de lo abstracto: malestar, injusticia, sufrimiento. Nada sobre los responsables ni sobre la represión que otros artistas han denunciado con consecuencias reales.
El juicio de la historia
En un país que atraviesa uno de los momentos más oscuros de su historia reciente, la gente exige coherencia, no poesía. La juventud que llenó las calles en 2021 y que sigue llenando las estadísticas de emigración no está dispuesta a olvidar fácilmente quién estuvo del lado del poder y quién del lado del pueblo.
Israel Rojas asegura que no aceptará “sermones” de quienes no hayan sufrido este cúmulo de desgracias. Pero en Cuba, los sermones no son lo que más duele. Lo que falta son voces con la valentía de llamar a las cosas por su nombre.







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