Estados Unidos revoca la visa de Gustavo Petro tras instar a soldados a desobedecer órdenes

El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció la revocación de la visa del presidente colombiano, Gustavo Petro, luego de que en un acto en Nueva York instara a soldados estadounidenses a desobedecer órdenes del presidente Donald Trump y se refiriera al uso de la fuerza militar como una amenaza contra la humanidad.

La declaración oficial de Washington calificó las palabras de Petro como “acciones imprudentes e incendiarias” y afirmó que su discurso buscaba “incitar a la violencia”. La medida se produjo pocas horas después de su intervención en una manifestación en las calles de Manhattan, donde el mandatario colombiano se encontraba con motivo de la Asamblea General de la ONU.

Un choque diplomático sin precedentes

La decisión marca un punto de máxima tensión en las ya deterioradas relaciones entre Bogotá y Washington. Desde hace meses, ambos gobiernos han sostenido enfrentamientos verbales y diplomáticos:

Migración y deportaciones: Petro rechazó recibir vuelos con colombianos deportados desde EE. UU., lo que generó amenazas de sanciones y restricciones de visas. Crisis en Gaza: El presidente colombiano ha acusado reiteradamente al gobierno israelí de genocidio y criticado el apoyo de EE. UU. a Tel Aviv, desatando fricciones con la Casa Blanca. Retiro de embajadores: En julio, Colombia y Estados Unidos retiraron a sus representantes diplomáticos tras acusaciones cruzadas.

La respuesta de Petro

De regreso en Colombia, el mandatario reaccionó con ironía: “No tengo ya visa para ir a EE. UU., no me importa”, dijo, restándole importancia a la sanción. Petro aseguró que el castigo estadounidense no frenará sus denuncias contra lo que considera políticas injustas en materia internacional y de guerra.

Implicaciones y consecuencias

La decisión estadounidense abre un debate complejo:

Diplomacia: Revocar la visa de un presidente en funciones es una acción inédita que pone en cuestión la inmunidad y las normas internacionales. Narrativa política: Para Petro, la sanción podría reforzar su discurso contra el “imperialismo” y consolidar apoyos en sectores afines. Relaciones bilaterales: Colombia es un socio estratégico de EE. UU. en seguridad y comercio; la ruptura de confianza puede tener efectos inmediatos en cooperación militar y acuerdos económicos.

El conflicto entre Gustavo Petro y el gobierno de Estados Unidos pasa de las palabras a los hechos concretos. La revocación de su visa no es solo un gesto diplomático: es un mensaje político directo que deja en claro que Washington no tolerará declaraciones que, a su juicio, alienten la insubordinación militar en su propio territorio.

Lo que parecía una simple intervención callejera se ha convertido en un terremoto diplomático. Ahora, tanto Bogotá como Washington deberán enfrentar las consecuencias de un choque que reconfigura las relaciones en la región.

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