Denuncian agresiones contra presos políticos en prisión de Las Mangas

El preso político cubano Fernando Michel Barzaga Mompié, manifestante del 11 de julio de 2021, envió un audio desde la prisión provincial de Granma, conocida como Las Mangas, en el que denunció el uso sistemático de reclusos comunes como instrumento de represión contra los presos políticos.

En su mensaje, Barzaga explicó que la dictadura recurre a una estrategia para evitar “ensuciarse las manos”, empleando a otros internos para agredir y desestabilizar a quienes se encuentran encarcelados por motivos políticos. El prisionero recordó que el 22 de agosto pasado se registró uno de estos hechos contra un compañero de causa, lo cual, asegura, es parte de un patrón de violencia orquestado desde las autoridades penitenciarias.

“Hoy les traigo un video donde su familia da testimonio de dichas patrañas”, señaló Barzaga, presentando como prueba el relato de la esposa de otro recluso político.

En el testimonio, Jodeisy Zapata, esposa de Pedro Luis Zamoriza, denunció la brutalidad sufrida por su marido tras ser arrestado el pasado 22 de mayo de 2025. Según su relato, Zamoriza fue detenido por efectivos conocidos como “boinas negras” cuando se dirigía a casa de unas tías con una suma de dinero. Durante 21 días permaneció incomunicado, sin acceso a sol ni contacto regular con su familia.

Posteriormente fue trasladado a la prisión provincial, donde —según Zapata— dos presos con poder dentro del penal lo citaron al comedor tras un altercado menor en el teléfono público. Allí lo golpearon brutalmente, le partieron la cabeza, lo agredieron con una bayoneta y lo dejaron inconsciente en el suelo.

“El resultado fue una herida en la cabeza que requirió cuatro puntos de sutura y múltiples lesiones en todo el cuerpo”, relató la esposa, quien responsabilizó directamente a las autoridades por permitir que estos abusos ocurran dentro del penal.

El caso de Zamoriza se suma a un largo historial de denuncias sobre violencia dirigida contra presos políticos en cárceles cubanas, donde organizaciones de derechos humanos han alertado de la complicidad de funcionarios que permiten, e incluso promueven, la represión a través de reclusos comunes.

La denuncia de Fernando Michel Barzaga y el testimonio de la familia de Pedro Luis Zamoriza refuerzan las acusaciones de que el régimen utiliza las cárceles no solo como castigo, sino como un mecanismo de tortura psicológica y física para quebrar a quienes se atreven a disentir.

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